Los chisperos llenan de fuego y petardos la noche nijareña

Los chisperos llenan de fuego y petardos la noche nijareña

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Níjar celebra San Antón al ruido de los petardos y cohetes que lanzan los chisperos. Esta tradición, que une lo religioso y lo profano, es una celebración en la que el fuego y el estruendo de petardos se convierten en los protagonistas, una forma de quemar las malas experiencias para empezar el año con más fuerza.

El San Antón es una hoguera que se prende para tener un año de suerte y que los animales tengan buena salud. Las palomitas, anís y las familias unidas son parte de la fiesta. Tampoco faltan los chisperos, ya que a partir de las dos de la tarde petardos, carretillas y otros artefactos pirotécnicos son parte de la jornada. Por ello, el Ayuntamiento de Níjar publica un bando en el que se advierte de la cautela en el manejo de estos artefactos para evitar daños, así como se explica los lugares en los que está permitido “tirar chisperos”.

Así, en Campohermoso será en el recinto ferial, al igual que en San Isidro, en la Villa el lugar indicado para los chisperos es el aparcamiento municipal de la carretera de Lucainena y en el resto de las barriadas en los lugares acostumbrados.

Esta tradición de origen desconocido puede provenir de la época de las revueltas moriscas y ser una reproducción de los enfrentamientos de éstos con los cristianos. Otras fuentes aseguran que tras la expulsión de los moriscos y la posterior repoblación de Níjar, llegaron a estas tierras valencianos que trajeron consigo el gusto por las hogueras y las “carretillas”.

El caso es que la tradición sigue manteniéndose con algunas variaciones en el tiempo, si bien ha pasado de ser una forma de llamar la atención de las chicas del pueblo a ser simplemente una forma de seguir conservando este día, muchas veces sin saber el porqué se realiza.

 

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