La docena de miembros de Greenpeace ha abandonado esta mañana la ocupación del hotel El Algarrobico, en Carboneras, donde se instalaron el pasado lunes como acción de protesta por la no demolición de este edificio, cuya licencia fue declara ilegar hace ahora tres años. Durante las 72 horas que ha durado la acción, Greenpeace ha recogido 20.000 firmas contra el hotel que serán entregadas, esta mañana, en La Moncloa.
La acción de protesta más multitudinaria se llevó a cabo en la tarde noche de ayer, cuando unas 300 personas se concentraron ante el hotel construido en terrenos del Parque Natural Cabo de Gata Níjar, para solicitar a la Junta y al Gobierno la demolición del edificio. Los manifestantes, entre los que se encontraban miembros de Ecologistas en Acción, Salvemos Mojácar y Amigos de la Alcazaba, lanzaron al aire farolillos biodegradables en señal de protesta.
Durante estos tres días que ha durado la acción de protesta de Greenpeace, la docena de activistas de la organización ecologista se instalaron en el hotel; colgaron una gran pancarta en la que se podía leer «¿A qué esperan?», en clara alusión al retraso en la demolición de este edificio; han pintado un enorme mural en la fachada, una alegoría de la destrucción que sufre la costa española; y ayer colgaron una bola de demolición de una de las grúas que rodean a El Algarrobico.
Todas estas acciones para exigir que, tanto la Junta de Andalucía como el Gobierno cumplan con su deber de llevar a cabo la demolición de este edificio, cuya licencia fue declarada ilegal en virtud de una sentencia judicial. Greenpeace ha presionado a Junta y Gobiernos para que firmen un acuerdo que sea firmado en el Consejo de Ministros que se celebra mañana, en el que se comprometan al «inmediato derribo del hotel».
La demolición no se ha llevado a cabo todavía, ya que el Ayuntamiento de Carboneras y la Junta de Andalucía defienden en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía la legalidad de la licencia, y será esta instancia la que diga la última palabra sobre la permanencia de este enorme edificio de 21 plantas.
La construcción del hotel, propiedad de Azata del Sol, fue paralizada en 2005 por orden judicial, porque se encuentra en terrenos del Parque Natural Cabo de Gata Níjar.
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