Calar Alto debe estar prepara para la retirada de la parte alemana, que se producirá en 2018. Por este motivo, el Gobierno ha mantenido contactos con las diputaciones de Almería y Granada, y la Junta de Andalucía para que colaboren en el mantenimiento del centro una vez que haya pasado completamente a manos españolas.
Así lo explicó ayer la secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela, quien durante su comparecencia durante la Comisión de Economía y Competitividad del Senado, también anunció que se está trabajando en una fórmula jurídica que implique a otras instituciones, que hagan viable el observatorio más allá de 2018.
Al mismo tiempo, Carmen Vela explicó que su departamento trabaja en la constitución de un comité técnico y otro financiero, que tomarán las medidas necesarias para salvar el observatorio almeriense y asegurar su funcionamiento en las «mejores condiciones».
Una de las medidas más duras, sobre todo para el personal de Calar Alto, ha sido la de alinear los salarios con los del resto del personal del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de cara a la situación que se vivirá a partir de 2018.
