La Escuela Municipal de Música, Danza y Teatro de Roquetas de Mar acoge hoy a las 19 horas la zarzuela ‘En mi jaca jerezana’, tras el rotundo éxito de la recuperación histórica de esta zarzuela, el 5 de junio del pasado año en el Teatro Apolo, al que asistieron varios familiares de los autores, tanto del libreto como de la música.
Participan la soprano Maite Ordaz, la mezzosoprano Desirée Manzano, el tenor Luis Ariza, el barítono José Luis Herrador y Nieves Sánchez al piano. También estarán la Coral Polifónica Ciudad de Roquetas, así como los directores del Coro, Alejandro Torrente y Desirée Manzano. El narrador será Jesús Herrera. El director artístico y musical es Julio Francisco González Jiménez.
Es una zarzuela lírica andaluza en tres actos, de ambiente cordobés, estrenada la noche del 18 de diciembre de 1935 en el Teatro Cervantes de Almería. Es una obra de autores muy jóvenes –para todos era la primera zarzuela que escribían-, bien instrumentada y de un profundo color andaluz.
Fue patrocinada por la Asociación de Prensa de Almería queriendo demostrar que los intérpretes –todos aficionados y noveles- no tienen que envidiar nada a los artistas ya consagrados.
Para Almería fue un verdadero acontecimiento teatral y cultural, dónde en pocas horas se reservaron y retiraron todas las localidades para el estreno de la zarzuela. Consta de una trama interesante, distraída y bien desarrollada, con letra suave y fácil, dando como resultado una alegre y colorida estampa. Está ambientada en la serranía de Córdoba durante la subida en romería a la ermita de la Virgen del Escondrijo. Todo ello con el amor y el desamor como protagonistas, y aderezado con tono alegre, burlesco y de colorido.
La partitura es admirable, inspirada y llena de emoción. Ésta dejó entrever los mimbres que poseía Barco para convertirse en un buen compositor, como así el tiempo demostró. Utiliza diferentes estilos musicales, desde elementos folclóricos, hasta un guiño al jazz, en uno de los números musicales. El propio maestro dirigió a la orquesta.
En diciembre del año 1957 se volvió a representar la zarzuela en el Teatro Apolo de la capital almeriense. Para esta ocasión, Rafael Barco, introdujo nuevos números musicales, que le dieron más rotundidad a la obra.
El compositor: Rafael Barco Molina
Rafael Barco Molina nace en Fuente Victoria (Almería) el 26 de noviembre de 1903. Empieza sus estudios musicales con el maestro de capilla Manuel García. A los 14 años ingresa como titular, ganando la oposición como flauta en la Banda Municipal. Inicia también sus estudios de piano. Armonía estudió con el maestro Eusebio Rivera.
En los primeros meses de 1936 marcha a Madrid para ampliar sus estudios. Allí estudia con don Emilio Vega –en la Banda de Alabarderos de Madrid- y con don Ricardo Dorado. Ambos le ayudan a entrar en el mundo de la composición. Estalla la Guerra Civil en España y tiene que volver a Almería. En esta ciudad y en febrero de 1937 es herido en ambas piernas por los bombardeos de la aviación nacional.
En 1943 es reclamado por la Diputación de Almería para ejercer la docencia musical en el Hospicio de la ciudad. Este es su trabajo oficial conocido a lo largo de su vida hasta su jubilación. Después de ésta –a los 65 años- comienza su época compositiva más prolífica. A la llegada de don Manuel Celdrán como director de la Banda Municipal de Almería, éste lo animaba continuamente a escribir música, dando lugar a diversas obras que la Banda Municipal de Almería ha estrenado.
Es “Hijo Predilecto” de Fuente Victoria (8 de agosto de 1987) y fue nombrado “Hijo Adoptivo” de Almería (20 de Agosto de 1985). Los actos se desarrollaron durante tres días celebrándose audiciones por parte de sus alumnos y conciertos de la Banda Municipal de Almería bajo la batuta del Maestro Celdrán.
Muere el 5 de marzo de 1995. Durante el funeral, la coral Virgen del Mar acompañó tan doloroso momento interpretando fragmentos del Réquiem de Mozart.
Los Libretistas: Ramón Quijo y José María Rull
Ramón Quijo y José María Rull formaron parte del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Almería. Ramón Quijo como tasador y José María Rull como secretaria de la Presidencia. Fue su primera y única incursión en el mundo teatral.