La tortuga Juan, acogida el año pasado, precisamente en el día de San Juan, en el Aquarium de Roquetas de Mar, ha cumplido hoy su primer año en el centro, con una importante mejora de su condición.
Así lo ha asegurado su director, Enrique Fernández, quien ha destacado esta mañana que este ejemplar de tortuga boba (Caretta caretta) ha pasado de pesar 5 a 12 kilos y su dieta ha cambiado drásticamente, ya que «cuando llegó sólo comía boquerones y ahora come de todo, calamares, merluza, gambas…».
De hecho, Juan «está muy bien de salud, cada día está más fuerte y tiene una buena relación con el resto de sus compañeros del tanque». Se trata de una progresión que suele ser habitual en el centro roquetero, donde sus ejemplares suelen ganar peso y presentar un gran estado de salud, como constatan cada año los biólogos y expertos marinos que visitan las instalaciones.
Juan es un ejemplar de tortuga que fue rescatada por un windsurfista, y que fue entregada a la ONG Equinac, entidad autorizada para este tipo de rescates. La tortuga no podía ser devuelta al mar ya que llegó en muy malas condiciones y mutilada, por lo que la única opción que tenía para su supervivencia era su traslado a un lugar como el Aquarium de Roquetas, donde se dispone de instalaciones adecuadas para su cuidado. Allí ha sido ubicada en un tanque con fondos rocosos, junto a los meros, y lo cierto es que en este tiempo ha mejorado mucho y Juan se ha convertido en uno de los habitantes del Aquarium que mayor interés despierta entre sus visitantes, sobre todo entre los escolares.
El caso de Juan sirve desde el año pasado para que el propio centro roquetero como desde la ONG Equinac, se trabaje en concienciar a la población del peligro que sufren las tortugas cuando caen en redes abandonadas en alta mar, uno de sus mayores problemas. Las tortugas quedan a menudo enredadas en esas redes, se tragan anzuelos o son golpeadas por embarcaciones.