Han sido cuatro días intensos de fiestas, desde el 1 al 4 de agosto, los que ha vivido el núcleo urbano de El Solanillo. Ayer la procesión en honor a la Virgen María Madre ponía fin a unas fiestas tradicionales para las que la Comisión de las Fiestas de 2019, en colaboración con la Delegación de Deportes y Tiempo Libre del Ayuntamiento de Roquetas de Mar, había diseñado un programa con numerosas actividades que contaron con una gran participación por parte de los vecinos.
El alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat, acompañado de una amplia representación de la Corporación Municipal del municipio, asistió a la misa que estuvo oficiada por el párroco Antonio de Mata Cañizares y cantada por un coro rociero que hizo las delicias de todos los asistentes.
Tal y como estaba previsto, a las 21 horas daba comienzo la procesión, a la que se sumaron un gran número de vecinos que recorrieron, junto a la figura de la Virgen María Madre, las calles de El Solanillo. Durante el trayecto, fueron varias las paradas que tuvieron lugar. Unas para disfrutar de fuegos artificiales como ruedas o tracas de cohetes, otras para rendir homenaje a figuras emblemáticas del municipio como cuando el paso se detuvo frente al parque dedicado a Josefa Sánchez Abad por su labor desinteresada con el barrio, uno de los momentos emotivos de la procesión.
Con la banda de música marcando el paso, se llegó poco a poco de nuevo hasta la iglesia, donde los fuegos artificiales pusieron el punto final. Posteriormente, las Fiestas de El Solanillo continuaron unas horas más con la actuación de la orquesta ‘Azul Mediterráneo’ en la plaza del pueblo, la entrega de trofeos y el Gran Bingo. Unas fiestas de un barrio que tiene el sabor de la tradición y, a la vez, sabe mirar hacia el futuro cargado de sueños e ilusiones.