Ya han finalizado las obras de rehabilitación de la Plaza de Toros de Almería, que en su mayoría han afectado a la fachada, el interior y las caballerizas. El promotor de la rehabilitación del coso ha sido D. Manuel Cuesta González, siendo los directores de la obra los arquitectos D. Luis Fernández Martínez y D. Luis Pastor Rodríguez.
En la cara externa del edificio se ha restaurado la piedra y se han reconstruido los tramos de cornisas que fueron demolidos en su momento para evitar el paso del público de un tendido a otro a través de la fachada. También se ha recuperado una barandilla que actúa como remate de la cornisa superior, así como elementos decorativos y pináculos de cerámica sobre el muro de coronación de la plaza. Además, se ha pintado toda su superficie reavivando los característicos colores rojo y albero del coso de la Avenida de Vilches.
En las labores para la recuperación de la piedra original de la plaza, se ha procedido a limpiar los paramentos de la fachada para eliminar los restos de pintura anteriores. El paso siguiente ha consistido principalmente en recuperar los volúmenes.
Asimismo, en el interior se han instalado aseos para minusválidos y un nuevo pavimento en el camino de acceso a los tendidos. Por último, en las caballerizas, se han sustituido los forjados de cubierta y se ha colocado un nuevo pavimento.
Se ha querido respetar en todo momento la fisionomía original del edificio, que fue diseñado por el arquitecto Trinidad Cuartaraque, y que comenzó a construirse en el año 1882.
Piedra, ladrillo y hierro fueron los materiales empleados en su edificación. Tiene dos pisos, con capacidad para albergar hasta 9.800 personas, repartidas, en el primer piso, tendido y gradas, 7.800, y en el segundo, palcos y andanadas, 2000.
Los tendidos son ocho, e igual número las gradas. En el segundo piso hay 60 palcos, de ellos 50 de sombra, y las andanadas todas de sol.A todas estas localidades conducen 18 escaleras.
Para los servicios anejos a los festejos taurinos posee una caballeriza, corrales para dos corridas de toros, una corraleta para hacer el apartado, ocho chiqueros, una enfermería, administración y otras dependencias. Las puertas de entrada a la plaza son 15.
La plaza de toros de Almería fue inaugurada el 26 de agosto 1888 por Lagartijo y Manzzantini, que lidiaron toros de Veragua. Se distingue este coso por el ambiente que crea sus peculiaridades, como la ancestral costumbre de merendar que tiene el público después del tercer toro, y por poseer un entorno popular, en el que los viernes se celebra un mercadillo ya tradicional entre los almerienses.