El delegado territorial de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, Alfredo Valdivia, ha presentado esta mañana en el Archivo Histórico Provincial de Almería, el denominado ‘Documento del Mes’. Se trata de un escrito fechado en 1964, con la firma del general Máximo Cuervo Radigales, dirigido al delegado provincial de Información y Turismo de Almería en el que Cuervo le indica que ha entregado la solicitud de Centro de Interés Turístico para Aguadulce al Ministerio.
Máximo Cuervo, que en 1964 era consejero permanente del Consejo de Estado, consiguió ese año que el Consejo de Ministros declarara el núcleo urbano de Aguadulce Centro de Interés Turístico Nacional, el primero que se declaró en España y en donde poseía tierras. Con ello consiguió rebajas de impuestos, acceso a créditos y otros beneficios fiscales que le permitieron hacer inversiones para impulsar la creación de esta urbanización. Este hecho fue fundamental también para que se desbloqueara la creación del aeropuerto de Almería.
La vinculación de Cuervo con Aguadulce viene de su infancia, ya que sus padres compraron una finca rústica en donde instalaron su segunda vivienda que heredaría y a la que unió las propiedades que fue adquiriendo. Este destacado miembro de las élites militar y católica en la España del siglo XX recibió en 1966 la Medalla de Oro de la Provincia que le otorgó la Diputación Provincial y la Medalla Nacional del Turismo que le concedió el Ministerio de Información y Turismo.
Máximo Cuervo fue director general de Prisiones y presidente del Patronato para la Redención de Penas por el Trabajo y es citado de forma amplia en los estudios sobre la represión franquista.
En la presentación del documento ha participado como experto, el periodista, doctor en Ciencias Políticas y Sociología, Licenciado en Filosofía y Letras y director de Comunicación de Cajamar, Manuel Gutiérrez Navas, que ha señalado que Máximo Cuervo destinó 680.000 metros cuadrados a la urbanización de lo que fue el inicio turísticamente hablando de Aguadulce, tal y como lo conocemos hoy.
Según ha indicado Gutiérrez Navas “en la provincia de Almería , ésta fue la segunda iniciativa turística si la sumamos a la construcción del Parador Turístico Nacional de Mojácar y las dos se desarrollaron en el mismo año de 1966. A partir de esa fecha, los terrenos puestos a disposición para urbanización turística, dejaron de ser vega destinada al cultivo de la uva de parral, para ser la base que sustentara los futuros hoteles que, por esos momentos, proliferaban por todo el litoral español”.