La crisis, la agónica depresión en la que está sumida nuestro país y que agobia a media Europa es también un campo de oportunidades. Así lo cree Luis González Blanch, joven emprendedor y co-fundador y CEO de Global Incubator, durante su conferencia de esta mañana, en el Seminario Líderes del Futuro, que se desarrolla hasta el viernes en la sede de Cosentino y que está organizado por la Fundación Eduarda Justo. Este joven, de tan solo 29 años, cuenta con el honor de haber creado una start-up líder global en la creación de plataformas de innovación, y ve la crisis como una oportunidad para «mejorar» muchos aspectos que no funcionan en la sociedad actual.
Durante su intervención, este ingeniero sevillano ha compartido su experiencia con el medio centenar de jóvenes participantes en esta cita organizada por la fundación del grupo Cosentino. González Blanch ha hecho hincapié en la importancia de llevar adelante los proyectos, ya que defiende que solo intentándolo se consigue el éxito.
Idealista, comprometido y convencido de querer cambiar el mundo, este joven creó su empresa para ayudar a que emprendedores como él tengan éxito en su proceso de innovación. Y lo hizo dejando atrás una buena posición en Londres, donde disfrutaba de un trabajo bien remunerado en una gran empresa eléctrica.
Decidió dejarlo todo y emprender su propio proyecto, Global Incubator, con la que aporta las herramientas necesarias para generar sinergias y entornos de innovación. Desde un principio, su idea fue crear una empresa global, que actuara a nivel internacional, de ahí que una de sus primeras acciones fue investigar nuevos mercados a los que llevar su modelo de negocio. «Ir a otros mercados es muy fácil ahora, con los nuevos medios tecnológicos», ha explicado a la audiencia, compuesta por una cincuentena de jóvenes con alto potencial para convertirse en los líderes de Almería.
Uno de los secretos de su éxito, ha confesado, ha sido ser líderes en su parcela y rodearse de personas que aspiran a ser los mejores en su campo. Eso se ve reflejado en el equipo humano de Global Incubator, formado por una treintena de personas que, en su mayoría, no llegan a los treinta años. Gente idealista, convencida de poder cambiar el mundo y empeñados en hacerlo.
Como ha sentenciado González Blanch, «crear una start up es más sencillo de lo que parece, sólo es necesario proponérselo». Y ha ofrecido varios consejos para que una empresa joven tenga éxito. En primer lugar, ha explicado, se necesitan clientes y no tanto inversores; en segundo, un plan de negocio claro y una visión completa de lo que se quiere hacer.