El delegado territorial de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, Alfredo Valdivia, el alcalde de Cuevas del Almanzora, Antonio Fernández y el concejal de Cultura y Turismo, Indalecio Modesto, han mantenido esta mañana una reunión de trabajo durante la que han abordado un plan de actuación conjunto en la que fue última vivienda de Luis Siret, tras la ejecución de la sentencia que ha permitido que la Junta de Andalucía recupere este edificio de su propiedad.
Valdivia ha visitado este inmueble ubicado en la barriada de Las Herrerías del término municipal cuevano. Se trata del palacete en el que vivió el ingeniero belga Luis Siret “precursor de la investigación preshistórica en Andalucía y de reconocido prestigio internacional”.
El delegado ha comprobado que aún quedan numerosos muebles y objetos por desalojar de la casa, la necesidad de limpieza en profundidad y de algunas mejoras, así como de desbroce y limpieza de los jardines y zonas de acceso y el aparentemente buen estado de la estructura del inmueble.
Ambos responsables políticos han acordado que técnicos de la Delegación Territorial de Cultura realicen los trabajos necesarios para constatar el estado real del edificio para posteriormente realizar las mejoras y/o reformas necesarias y que el Ayuntamiento asuma la limpieza de los aledaños.
Asimismo han determinado que el destino final del edificio se coordinará entre la administración local y la autonómica y se plasmará en un convenio que recoja pormenorizadamente los detalles y la creación de una futura fundación u otra figura que contemple el seguimiento de lo acordado.
Tras el encuentro, Valdivia ha alabado la “excelente colaboración y disposición del Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora para abordar conjuntamente la futura y definitiva solución al inmueble de Luis Siret, propiedad de la Junta de Andalucía”.
Casa de Luis Siret
El inmueble fue rehabilitado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. La actuación, cuyo importe total fue de 297.539 euros, consistió en la restauración y rehabilitación del mismo para su uso como residencia y zona de trabajo temporal para arqueólogos, pintores y artistas en general. Se recuperó el volumen primitivo de las edificaciones y se distribuyó el espacio interior de acuerdo con las nuevas necesidades.
El conjunto está formado por tres edificaciones: el edificio residencia, el de la sala de conferencias y almacenes y el edificio taller.
El primero de ellos tiene una superficie construida de 371.38 metros cuadrados y tras la restauración, cuenta con una distribución interior que diferencia claramente dos zonas: la de estar y convivencia en la que se sitúan la biblioteca, el mirador, el salón comedor, la cocina, el office, la despensa y aseos y la zona de descanso integrada por seis dormitorios y tres baños. Posee dos entradas principales que se sitúan enfrentadas en un gran vestíbulo desde el que se accede a los distribuidores de las dos zonas.
El edificio que alberga la sala de usos múltiples (en la planta baja) y los almacenes, en la planta superior, tiene una superficie construida de 103 metros cuadrados y su primer uso, antes de la intervención de la Junta en el inmueble, era el de caballerizas y palomares.
Por último, el edificio Taller (anteriormente vivienda del guarda y capilla) cuenta con 124.22 m2 construidos y alberga, además del taller con acceso directo desde el exterior con un gran portalón, un despacho, un almacén y un aseo.
El conjunto abarca también la zona de jardines y accesos a la vivienda donde se intervino ejecutando un vallado perimetral, muros de contención en el borde del camino y limpieza del terreno.