La situación por la que pasan los centros científicos de este país roza el dramatismo. La Estación Experimental del Zaidín (EEZ), perteneciente al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se encuentra en una situación límite, que lleva a dudar incluso por su continuidad en los próximos meses.
El centro de investigación granadino es uno de los muchos espacios científicos que agonizan en este país. La crisis económica se ha cruzado en su camino y ha provocado una reducción presupuestaria que los deja tiritando, cuando no en coma.
Unido a la situación económica, la costumbre de solo mirar hacia lo inmediato, a solucionar el corto plazo, en vez de apostar por proyectos que en futuro sean capaces de devolver a la sociedad mucho más de lo que ella ha invertido en ellos, como suele ocurrir con la ciencia. Sin embargo, de nuevo no ha sido así.
Aquí en Almería ya hay casos muy recientes las dudas sobre la continuidad de centros de referencia, como el observatorio de Calar Alto, cuya continuidad estuvo en el aire durante unas semanas y que se mantendrá hasta 2018 operando solo con uno de los tres telescopios disponibles.
Los investigadores de la EEZ, tras analizar y discutir la situación generada en esta institución como consecuencia directa del déficit de financiación que sufren por parte de la administración en los últimos años, han manifestado su «profunda preocupación por la situación general del CSIC y alertar sobre las consecuencias que a corto y medio plazo va a generar esta carencia de fondos sobre la actividad científica y sobre nuestro entorno».
La EEZ es un centro altamente competitivo dentro del área de Ciencias Agrarias del CSIC, constituido por casi 300 trabajadores. Además de los proyectos de investigación nacionales e internacionales que desempeñan sus investigadores, participan en numerosos programas que interaccionan con la sociedad granadina y andaluza, generando conocimientos básicos y también aplicados que puedan tener un impacto positivo en la sociedad.
La decisión de la presidencia del CSIC de limitar el crédito de los institutos debido al colapso económico de la institución, está afectando a su actividad de forma muy notoria al impedirles acceder a los fondos externos que han captado. La parálisis económica a la que se ven sometidos los centros del CSIC, derivada de esta especie de “corralito”, está limitando la capacidad de funcionamiento y de contratación de personal, lo que podría desembocar en una situación límite con el cierre del instituto a finales de septiembre de 2013. Por descontado, esta situación está dando lugar a una pérdida irreparable de imagen y prestigio de la Institución, que ya empiezan a ser visibles a nivel internacional.