El profesor de la Universidad de Almería (UAL), Jorge Lirola, se puede enfrentar a una sanción de cuatro años y tres meses de suspensión de funciones, después de las duras críticas y acusaciones vertidas contra el rector a raíz de la composición, ilegal según Lirola, del tribunal que elegirá al titular de la cátedra de Árabe de la UAL.
Concretamente, las faltas que pueden apartar a Lirola de su labor docente e investigadora en la Universidad son «conducta de grave desconsideración con los superiores», «atentado grave a la dignidad de los funcionarios o de la administración» y «grave perturbación del servicio».
Esta sanción ha sido propuesta por el instructor del caso, Antonio Sánchez Cañadas, nombrado por el rector de la Universidad de Almería, Pedro Molina.
En el escrito que Cañadas ha remitido a Lirola y que éste ha pasado a los medios de comunicación, se le reconoce al profesor díscolo su derecho a la libertad de expresión, pero indica que se ha extralimitado, en la medida en que le ha dado difusión a sus denuncias antes de que haya sentencia judicial.
Jorge Lirola asegura tener «la impresión de que el inspector y Pedro Molina querían imponerme la sanción con rapidez, seguramente durante el verano, para que no tuviera mucha repercusión».
La notificación he sido recibida por Lirola a través de tres canales diferentes (en mi casillero en la Universidad, en el Servicio de Personal y por burofax) y ha estado recibiendo mensajes electrónicos y llamadas telefónicas a su domicilio desde distintas instancias (inspector, servicio de personal y otras personas que no se han querido identificar pero que decían llamar desde la Universidad) para que recogiera sin demora el pliego de cargos.