El enfrentamiento que desde algunos meses mantiene el profesor, Jorge Lirola, y el rector de la Universidad de Almería, Pedro Molina, ha llegado ahora laa Inspección Provincial de Trabajo, donde el docente ha presentado una denuncia en la que acusa al máximo dirigente de la almeriense de acoso laboral. La denuncia también se amplía hacia el inspector de Servicios de la institución, Antonio Sánchez Cañadas.
El caso de Jorge Lirola lleva coleando desde el mes de febrero, cuando recibió una advertencia sobre el uso que estaba dando a las listas de correo de la Universidad de Almería, y que le podría costar una inhabilitación de tres meses, si seguía enviando mensajes en contra la dirección de la universidad.
Más tarde, en mayo, el profesor Lirola presentó una denuncia ante la Fiscalía por lo que él entendía como un caso de prevaricación, porque el rector no cumplió con la normativa a la hora de nombrar el jurado que evaluaría a los aspirantes a una cátedra de árabe convocada por la Universidad de Almería.
A partir de ese momento la situación se fue complicando aún más y, tras sucesivas denuncias públicas de Lirola, en las que insistía en llamar «corrupto» a Pedro Molina, la Univerisidad de Almería incoó un expediente sancionador contra este profesor, que lo suspendía de sus funciones durante cuatro años y tres meses, por la difusión que este profesor hizo de los hechos denunciados, sobre los que no aportaba pruebas, se afirmaba en el escrito de sanción.
Ésta ha sido la gota que ha colmado el vaso para que este profesor recurra a la Inspección de Trabajo para denunciar el supuesto acoso que está sufriendo en la institución académica, aunque no la única, ya que también ha incluido en su escrito los impedimentos que la Universidad puso a la celebración de una rueda de prensa en la que Lirola iba a explicar los motivos de su denuncia, y que provocó que el personal de seguridad desalojara del edificio al propio profesor y a los periodistas que habían acudido a cubrir la información.