Este año se cumple el centenario del nacimiento de Jesús de Perceval, el artista fundador del Movimiento Indaliano y una de las personas que más han hecho por la cultura en esta provincia. Esa efeméride le ha servido de excusa al director del Instituto de Estudios Almerienses (IEA), Rafael Leopoldo Aguilera, para acercarse a la figura del artista, con ‘El espíritu indaliado’ un libro publicado en Círculo Rojo.
A pesar de que es muy conocido, todavía quedan muchas facetas por descubrir de Jesús de Perceval. Este artista marcó una época en la provincia y también fue el germen del único movimiento artístico estrictamente almeriense, como fue el indaliano.
La luz de esta provincia, las formas de barrios como La Chanca o la imagen de ‘la mojaquera’ entraron a formar parte del discurso artístico de Perceval y los suyos. Principalmente fue en la pintura, pero esa inquietud por lo local trascendió a otras disciplinas artísticas.
«Jesús de Perceval fue un genio, un hombre cuya inteligencia cubierta de sabiduría y sapiencia implementada en sus obras pictóricas y escultóricas y en sus intervenciones literarias, deberían haber tenido y tener una mayor proyección divulgativa y académica. Pero estamos a tiempo, que en este año, con motivo del centenario de su nacimiento, junto con el de Celia Viñas, las entidades públicas y privadas se vuelquen en poner en valor añadido a ambos personajes públicos cruciales para entender nuestra milenaria Almería», dice Rafael Leopoldo Aguilera.
Con este trabajo, el director del IEA ha querido «contribuir a alimentar los sentires de los almerienses por tan preclaro hijo de Almería», de un artista que Aguilera considera como «la persona más importante del siglo XX en Almería con la puesta en marcha del Grupo y del Movimiento Indaliano».
Jesús de Perceval ha contribuido a «nuestra idenditad almeriense», dice Rafael Leopoldo Aguilera, que afirma que no hay solo un Jesús de Perceval pintor, sino una persona para analizar y «valorarlo en su todo, todo en él era arte, duende, embrujo, sentimiento y sensibilidad. Aunque desde una perspectiva pictórica, siempre estará en mi pensamiento dos cuadros, «La degollación de los inocentes» y «La huída de Málaga», y «La bellísima y Fuente de los Peces», supuesto «el Señor de Almería», el catedralicio Santísimo de la Escucha de la madrugá almeriense, amorosamente realizado por la gubia divina de sus manos, junto a la otra efigie que lleva el nombre más evangélico, el Santísimo Cristo del Amor del Martes Santo».