Imagineros de la Semana Santa Almeriense: Luis Álvarez Duarte

Imagineros de la Semana Santa Almeriense: Luis Álvarez Duarte

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El prolífico escultor, imaginero y restaurador Luis Álvarez Duarte nació el día 22 de mayo de 1949, en la sevillana y populosa Huerta de los Granados, en el barrio de la Trinidad. Con tan solo 12 años hizo la Virgen de los Dolores, de San José Obrero, pero la fama le llegaría tras dos dolorosas más (la Virgen de la Concepción de la localidad cordobesa de Palma del Río, y la Virgen de la Amargura de Constantina, Sevilla) con la Virgen de Guadalupe, que presentó con 15 años a la Cofradía de Las Aguas, también de Sevilla.

 

Aunque su formación es esencialmente autodidacta (aprendió del mejor Martínez Montañés Juan de Mesa y Ruiz Gijón), recibió enseñanzas de otros artistas como Francisco Buiza, Rafael Barbero, Antonio Eslava y Sebastián Santos. Desde 2006, es Académico de la de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría.

Con un inconfundible estilo en la terminación de la talla, tratamiento de la policromía y unción religiosa para el creyente, es autor de más de 200 imágenes repartidas en las 8 provincias andaluzas y en 14 Comunidades (solo le faltan Galicia, Asturias y Aragón). Hasta América llegaron La Macarena de Nueva York o el Cristo de la Catedral de Buenos Aires. La Virgen del Mayor Dolor, de los Escolapios de Granada fue la primera procesión (año 2000) en paso de palio en el Vaticano, ante el Papa Juan Pablo II.

Los críticos de arte han elogiado también la Virgen de las Siete Palabras, de la hermandad de la expiración de Jaén y el Cristo Yacente que recibe culto en la Catedral de Zamora, así como la Virgen de la Paloma, con esos, sus ojos verdes, que tanto dieron que hablar (1970). Cuando coronen en mayo de 2012 a la Virgen de la Victoria de Huelva, tendrá a tres dolorosas, de su producción, con tal rango eclesiástico, (Merced en su Amargura Coronada, de Bollullos de la Mitación y Rosario Coronada de Córdoba).

Ha restaurado la Virgen del Mayor Dolor, de la Cofradía de las Aguas, de Sevilla, el Cristo de la Expiración de Linares y la Virgen de la Angustia, del Descendimiento y lo hará con la Esperanza, también de Málaga. Destacan entre sus restauraciones La Esperanza de Triana (le dio una policromía exactamente igual que la originaria) y Jesús del Gran Poder tras el ataque que sufrió 2010. Después del Incendio en el templo del Cachorro hizo una nueva Virgen del Patrocinio para sustituir a la que se quemó.

En Almería, intervino en 1982 en las manos de la Virgen del Consuelo (de Castillo Lastrucci). Contratado por la Hermandad de Estudiantes, policromó la talla de la Virgen del Amor y la Esperanza (1989) y actuó en el grupo de la Oración en el Huerto a consecuencia del incendio en la Catedral la madrugada del Jueves Santo de 1996. Su último trabajo como restaurador en nuestra Provincia fue colocar unas nuevas pestañas en la Dolorosa de la Cofradía del Silencio (2001).

Se estrenó como Imaginero en Almería en 1989 con una espléndida talla de María Santísima de Fe y Caridad, titular mariana de la Hermandad Eucarística y Cofradía de Nazarenos de la Santa Cena: gubiada en cedro, obra de singular ternura y delicadeza cuyo rostro, de inefable belleza, parece cobrar vida gracias a sus grandes ojos. La boca, de temblorosos labios, deja escapar un profundo suspiro para tender su mano derecha hacia los fieles, brindando un pañuelo para enjugar sus lágrimas.

También ha trabajado para la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de María Santísima del Rosario del Mar en sus Misterios Dolorosos, Nuestro Padre Jesús de las Penas en el Abandono de sus Discípulos y Santa María Magdalena. Como anécdota, contar que Nuestro Padre Jesús de las Penas (bendecida en 2001) fue originariamente tallada en el 92 para ser el titular cristífero de la Hermandad de los Dolores de San José Obrero de Sevilla, bajo la advocación de Cristo del Gran Amor. Preso por la traición de Judas Iscariote, presenta las manos atadas por delante del cuerpo. Ladea levemente la cabeza hacia la derecha y dirige la mirada al suelo, abatido ante el cruel destino.

María Santísima del Rosario del Mar 21 de marzo de 1996 y bendecida el 24 de marzo de 1996 titular mariana.: posee 7 lágrimas de cristal por ser siete los dolores sufridos por María, cuatro en la mejilla izquierda y tres en la derecha. Las manos aparecen extendidas, portando un pañuelo en la izquierda y un rosario en la derecha. Eleva la mirada al cielo, en busca de consuelo para su aflicción. La Virgen ladea dulcemente la cabeza hacia la derecha. Pese al juvenil aspecto, ofrece detalles de su madurez en sus facciones, de gran expresividad y fineza de rasgos.

Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Pasión en su Tercera Caída y María Santísima de los Desamparados.

Jesús de la Salud y Pasión: 1993 Va sobre un paso magnífico tallado por el sevillano Bejarano, alumbrado con 6 faroles de plata de ley. Los miembros de la Hermandad le pidieron una copia del cristo de las tres caídas de Triana, pero se negó, una imagen única y maravillosa. Iconografía: representa el momento en el que el Señor hinca su rodilla en tierra por tercera vez.

(2000): Virgen dolorosa, madera de cedro policromada María Santísima de los Desamparados. Va sobre un paso con orfebrería en plata de ley, y palio y manto liso color granate. Vestidor Juan Antonio Barrios.

 

 

 

 

Santísimo Cristo en su Divina Misericordia para la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores, de Roquetas de Mar.1999, sustituyó al Cristo del Perdón.. único crucificado en la Provincia. Jesús medio muerto, con los ojos casicerrados. La policromía y el estudio de la anatomía en la esfigie es de una veracidad impactante. Madera de cedro pilcromada. En la cruz momentos antes del descenduimiento.

 

Sus últimos trabajos o en proyecto son un monumento al cantante Ráphael, un San Antonio para la Provincia de Granada, la Virgen de los Ángeles de Málaga, otra Virgen para Elche, Ayamonte, Dolorosa para Bollulos, Cristo Crucificado para la Cofradía de Estudiantes de Linares, Cristo de la Clemencia de Hellín (2010) y acometerá el Cristo de la Columna, de Alcalá de Henares. No ha hecho nunca una Piedad con un Cristo muerto.

 

 

 

Tres años más tarde efigiaría para Almería su primera imagen cristífera. Se trata de la notable escultura de Jesús de Salud y Pasión en su Tercera Caída (1992), donde el artista logra una obra de gran delicadeza y expresividad, en la que se conjuga el sufrimiento del Nazareno, caído en tierra, con la belleza de sus facciones y el intenso color verde impreso a las pupilas. El resultado se nos antoja excelente. En esta pieza el escultor hispalense llega las máximas cotas del barroquismo sevillano, con una perfecta y minuciosa labor descriptiva de la superficie capilar. Según advierte el propio autor «es una imagen que conmueve más a la devoción por su dulzura, su valentía y, sobre todo, por la unción religiosa que posee. Yo diría que dentro de mi obra es portentosa».

De similar tratamiento en su modelado, aunque con notorio oscurecimiento de la policromía y distinta iconografía, es la efigie de Jesús de las Penas en el Abandono de sus Discípulos (1992), muy en la línea del Cautivo y Rescatado (1992) de la parroquia de San Ignacio de Loyola de Sevilla. El imaginero talló esta magnífica imagen en homenaje a sus padres, teniendo expreso deseo de que fuese a parar a la iglesia de San José de Sevilla. Sin embargo, desavenencias con el párroco a la hora de buscar el lugar idóneo dentro del templo, propició que la corporación de Santa María Magdalena adquiriera de inmediato la efigie. Su puesta al culto tuvo lugar el día dieciocho de marzo de 2001, en la capilla de Real Hospital Provincial, tras la solemne bendición y con asistencia del propio artífice de la obra. Se trata de un Cautivo itinerante, de hermoso semblante apesadumbrado y cetrinas carnaciones, cuya profunda emotividad se realza gracias al pormenorizado tratamiento de la cabellera y la barba, al modo leonino, y la presencia de las lágrimas de cristal, que contrastan con las angulosidades del modelado.-

Su producción escultórica para Almería concluye con dos de sus más distinguidas obras marianas contemporáneas que las llevarán a alcanzar el calificativo de obras cumbres, en paralelo a la Virgen del Patrocinio (1973), de la Hermandad del Cachorro de Sevilla, la Virgen de la Soledad (1975) de la franciscana fraternidad del mismo nombre, de Córdoba, y la Virgen de la Merced (1981-1982), de la Cofradía de la Humildad (Ecce-Homo) de Málaga. Cronológicamente, la primera de ellas es la Virgen del Rosario del Mar (1996) de la capilla del Real Hospital Santa María Magdalena. Esta dolorosa, de finas facciones, labios entreabiertos, nacaradas carnaciones y hoyuelo en la barbilla, es el prototipo de modelo femenino perfecto, de acusada belleza y apreciable dulzura en la expresión del rostro, pese al sufrimiento contenido por la muerte de su Hijo, dolor que se muestra de forma inconfundible al advertirse los párpados hinchados, a causa del llanto, y la caída de siete lágrimas de cristal, que simbolizan los siete dolores de María. Sin duda, posee un sello único e inconfundible, tanto en su expresión como en el característico tratamiento de la policromía. Conceptualmente, ofrece en cierto modo analogías con respecto a la Reina de los Cielos, titular de la Agrupación de Cofradías de Málaga, si bien la versión almeriense se nos antoja superior, sobre todo, en la resolución de las carnaciones.-

En el caso de la Virgen de los Desamparados (1998-2000), de la Cofradía de Pasión, Álvarez Duarte rompe con los criterios iconográficos hasta ahora cultivados, efigiando una dolorosa algo más dramática de lo habitual, de ojos entornados y enrojecidos como consecuencia del llanto, mirada ausente, boca pequeña y expresión introvertida de inequívoco signo romántico. Sin duda, se trata de una imagen mariana que nos recuerda los presupuestos estéticos de la escultura granadina decimonónica, difundida principalmente por Torcuato Ruiz del Peral, si bien mantiene elementos habituales de Duarte, como es el mentón partido por el hoyuelo.

 

 

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