Las más de 23.000 hectáreas cultivadas en el Levante almeriense pueden quedarse sin agua al inicio de 2017 si las previsiones de sequía provocan finalmente descensos importantes de las reservas en las cuencas del Guadalquivir y del Tajo que impida mantener con normalidad los abastecimientos procedentes de los trasvases del Negratín-Almanzora y del Tajo-Segura.
En estos momentos, los regantes padecen una situación muy crítica. Hasta el próximo 30 de septiembre, Almería sólo recibirá 2,5 Hm3 para riego procedentes del Trasvase Tajo-Segura. Esa aportación corresponde a la que el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS) ha negociado esta semana con el Ministerio de Agricultura, coincidiendo con la prórroga hasta septiembre de 2017 del Decreto de Sequía en la cuenca del Segura, de la que depende administrativamente el nordeste de la provincia de Almería.
Por otra parte, las aportaciones del Trasvase Negratín-Almanzora que están pendientes de recibirse hasta el próximo 31 de diciembre tampoco cubren las necesidades mínimas de agua para garantizar el correcto desarrollo de los cultivos, especialmente entre los meses de octubre y diciembre cuando el Levante almeriense ya no tenga agua del Tajo-Segura.
Todo apunta a que la prealerta de sequía provoque que con el inicio del próximo año natural se anulen los envíos de aguas trasvasadas a Almería o, en el mejor de los casos, sufran un importante recorte. “A duras penas se podrá llegar hasta final de año en el Levante almeriense, creando una incertidumbre que pone en serio peligro el futuro comercial de las empresas exportadoras de la zona”, señala el presidente de Feral, José Antonio Fernández.
Sin alternativas a los trasvases
El pronóstico reservado en cuanto a las expectativas de los trasvases para abastecer la agricultura del Levante almeriense no encuentra alivio con el agua desalada. Actualmente, la desaladora del Bajo Almanzora se encuentra fuera de uso. En compensación, los regantes sólo reciben una pequeña parte de los 20 Hm3 que les corresponderían a través de una conexión excepcional con la desaladora de Carboneras que está diseñada para reforzar la red de abastecimiento de Galasa. “Se está utilizando provisionalmente una tubería con un diámetro de paso mucho más reducido del que se necesita”, explica el presidente de Feral. “Por desgracia, la falta de inversiones en infraestructuras y la ausencia de planificación pueden dejar fuera de juego en unos pocos meses a todo el sector agroalimentario ubicado en el Levante almeriense y en la cuenca del Almanzora”, señala José Antonio Fernández, quien añade que “la falta de alternativas viables a los trasvases pone en jaque a la economía comarcal”.
Desde la Federación de Regantes de Almería se reclaman soluciones urgentes para garantizar el riego. A corto plazo, dichas soluciones pasan por establecer mecanismos desde el Gobierno central que abaraten el precio del agua desalada, una nueva conexión con la desaladora de Carboneras y la puesta en servicio de la desaladora del Bajo Almanzora.
Del mismo modo, Feral insta a las administraciones competentes a la urgente finalización de la Autovía del Agua, con el objetivo de poder distribuir recursos hídricos allí donde sean necesarios a través de un eje transversal que conecte los embalses de Benínar y Cuevas del Almanzora. Este eje transversal recibiría también aportaciones de las diferentes plantas desaladoras que se encuentren operativas. En este sentido, Feral confía en que el Parlamento andaluz secunde la proposición no de ley de Ciudadanos para que los presupuestos autonómicos de 2017 recojan la financiación necesaria para el trasvase Rules-Cuevas.
A medio plazo, Feral hace un llamamiento a todos los senadores y parlamentarios almerienses en Madrid y en Sevilla para que promuevan las iniciativas oportunas con el objetivo de que se reconozca oficialmente la sequía estructural que padece Almería y se aprueben las correspondientes compensaciones económicas.