Hablar de elecciones a rector de la Universidad de Almería en plena precampaña de las autonómicas, casi metidos en las municipales y con las nacionales acechando a la vuelta de la esquina, puede parecer un alarde de egocentrismo. Sin embargo, entiendo que es necesario llamar la atención de todos ustedes sobre la importancia del ejercicio de responsabilidad que van a realizar nuestros estudiantes, profesores y personal de Administración y Servicios de la UAL el próximo 10 de marzo, con su participación en las urnas.
La Universidad de Almería es, y debe seguir siendo en mayor medida, un instrumento de apoyo a las empresas y a los profesionales, a los sectores productivos y a nuestros jóvenes. A estos últimos para formarles en las mejores condiciones y hacer de lanzadera de sus proyectos. Internacionalizar y prestigiar su formación deben ser dos objetivos de cualquier universidad pública. Almería, además, ha de aspirar a ser referente internacional en materia agrícola por razones obvias. La UAL tiene que realizar investigación de calidad con estudios útiles para las empresas y la ciudadanía en general.
Aspiro a ser rector de la Universidad de Almería con el propósito de que todo eso sea posible. Me presento con ilusión para dirigir el trabajo de buenos profesionales, capaces de prestigiar y de hacer una universidad pública y de todos. Pero no es mi intención, en estas líneas, vender mi programa electoral aunque sí quería realizar esta reflexión por miedo a que los vientos de cambio que soplan en la sociedad en general, traigan al campus universitario almeriense retrocesos y vuelta al pasado.
Si repasamos los programas de los dos candidatos que aspiramos al Rectorado de la UAL, podemos comprobar que llevamos puntos coincidentes en cuanto a su redacción e incluso a la semántica, pero como decía Morris West: “El ejemplo es la lección que todos los hombres pueden estudiar”.
El pasado lunes, 16 de febrero, se constituía el nuevo Claustro. Y a la hora de formar el Consejo de Gobierno tuvimos la oportunidad de demostrar, con hechos, si queremos una universidad para todos, o, como dicen nuestros jóvenes, es solo ‘postureo’. Con los apoyos obtenidos, ambos candidatos pudimos imponer a nuestro equipo en distintos momentos, sin embargo optamos por admitir a miembros de la otra candidatura por respeto a nuestra creencia de que se necesita escuchar todas las voces y, por supuesto, tener en cuenta a las minorías. Nuestra sorpresa fue cuando, el oponente, utilizó su mayoría para imponer su lista, sin respeto a quienes pensaban de forma diferente a él.
No es mi intención acaparar su preciado tiempo con asuntos internos universitarios si no fuese porque creo profundamente en que la Universidad no debe estar tan lejos de la sociedad almeriense y que no podemos consentir que nos sigan engañando con bonitas palabras y talantes de otros tiempos.
Javier de las Nieves es catedrático de Física Aplicada y candidato a rector de la UAL