El Museo de Arte de Almería ‘Doña Pakyta’ acaba de renovar la sección temporal de ‘la obra invitada’ con dos esculturas que son obra de Antonio López, pintor y escultor considerado unánimemente por la crítica como el más importante e influyente de todos los artistas realistas vivos.
Se trata de dos obras de reciente creación que se han agrupado bajo el nombre de ‘Cabeza de Mujer’ y que está realizado en dos materiales distintos, en mármol blanco, recordando el clasicismo griego, y en bronce. Es una de las actividades para la red museística municipal incluidas dentro de la programación de otoño del Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento de Almería y se podrá disfrutar de manera gratuita hasta el próximo 11 de diciembre.
La concejala responsable del Área, Ana Martínez Labella, acompañada del director del Museo de Arte, Juan Manuel Martín Robles, ha destacado en su apertura al público “e lgran privilegio que supone para la ciudad de Almería contar con dos obras de uno de los autores más importantes de nuestro días, que sigue dando vida así a la actividad del Museo de Arte ‘Doña Pakyta’”. Por su parte, Martín Robles ha explicado “la relación cada vez más estrecha que tiene Antonio López con Almería y que nos ha permitido esta exhibición”.
Las obras pertenecen a la colección del Museo Ibáñez de Olula del Río (Almería). Los dos ejemplares son claros y recientes exponentes de la visión contemporánea que López aplica a la representación escultórica de la figura humana, un bello retrato femenino, rotundamente moderno a pesar de su concepción clásica, ya que hay una evidencia clara de la admiración del maestro por el arte egipcio y griego. “La forma de recoger el cabello en un moño y su equilibrada composición rápidamente nos harán recordar a la colosal ‘Mujer de Coslada’ (2010), obra monumental para la cual utilizó López a la misma modelo”, ha detallado el director del Museo.
Antonio López (Tomelloso, Ciudad Real) se inició en el arte de la Escultura durante su primer curso en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando (Madrid). Fascinado por la escultura como disciplina y lenguaje artístico, desde 1954 hasta 1961 alternó su labor pictórica con la realización de numerosos relieves en escayola, bronce y madera. A partir de 1961, tras contraer matrimonio con la también artista María Moreno, comenzó a trabajar la escultura de bulto redondo. Una práctica que a partir de entonces sería elegida por Antonio López a la hora de representar la figura humana: “cuando pienso en hacer una figura humana deseo modelarla, la veo en escultura; otras cosas, el paisaje, por ejemplo, deseo pintarlo”.
