Sólo le han hecho falta dos años de vida para ser el mejor de su especie. El actual Museo de Almería abría sus puertas en marzo de 2006. El mes pasado obtenía la Mención de Honor de la European Museum Forum; una distinción que lo sitúa en la élite de este tipo de instalaciones culturales.
El de Almería era juzgado en Dublín por la asociación independiente que reúne a todos los museos del viejo continente. Como competencia tenía enfrente a otras cincuenta instituciones repartidas por Europa, muchas de ellas con cientos de años de experiencia a sus espaldas.
La competición por ser el Mejor Museo Europeo del Año acabó por irse a Tallín (Estonia), pero la distinción que se ha llevado Almería mete de golpe a su Museo entre los cuatro mejores.
Otra forma de ver la historia
El jurado argumentaba su decisión por "la sensibilidad de este centro para mostrar la prehistoria; así como la elegancia con que se expone su contenido y la poética con que se traslada al visitante hacia el pasado".
No eran palabras vacías. El Museo de Almería ha apostado claramente por tratar al visitante con una notable delicadeza estética y divulgativa.
Quien en estos días se acerque a su sede de la Carretera de Ronda será invitado a recorrer sus instalaciones de la mano de un espectacular recurso aéreo denominado Nube de Siret. Son imágenes e ilustraciones que, tomadas directamente de la mano del descubridor de Los Millares, nos invitan a adentrarnos en las salas que albergan los restos de los primeros agricultores y ganaderos europeos.
Justo antes de encontrarnos con estos tesoros, en el gran espacio central que articula el edificio, recibimos la primera lección de historia. Nos encontramos mirando una columna estratigráfica de 13 metros de altura compuesta por pantallas apiladas que va llenándose de cereal a modo de reloj de arena. La visión gráfica del tiempo sitúa en su justa dimensión tanto al hombre ‘moderno’ que lo contempla como a las culturas antiguas que está a punto de conocer.
Una arqueología con mirada artística
El de Almería es un museo que decidió aunar el arte y la divulgación para arropar y poner en valor, entre otros, los restos materiales de las dos expresiones más importantes de la prehistoria reciente de la Península Ibérica: los Millares y el Argar. Por primera vez en un museo de contenido arqueológico, se planteaba una interpretación histórica a partir del lenguaje artístico contemporáneo. […]
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