El Maestro Padilla asiste al triunfo de la 'Mamocracia'

El Maestro Padilla asiste al triunfo de la 'Mamocracia'

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El humor hecho en Almería demostró tener mucho tirón. Un repleto Auditorio Maestro Padilla recibió a los actores y monologuistas que dan vida a ‘Mamocracia’, una apuesta más que divertida para retratar de una manera muy ácida la vida política de este país. Pepe Céspedes, Paco Calavera, Alvarito, Kikín y Rocío Alzueta fueron los maestros de ceremonias de esta divertida comedia que se pudo ver el viernes en el auditorio almeriense.

La comedia ahora es mucho más rápida y entretenida. La historia del secuestro al alcalde corrupto engancha de principio a fin. Un ukelele, un transexual que vende productos cosméticos, el karaoke Chulazos, La yenka bailada como El lago de los cisnes, Miss Palomares, un gaitero, el doble de Tejero, el amante del alcalde vestido como Michael Jackson, crema catalana Hacendado, tiros, comisiones, y mucha gente poniendo el cazo.

Un disparate irresistible. Pero si algo hay que destacar, es el apoyo de los almerienses a la cantera. Los cómicos son profetas en su tierra. Y hay que destacarlo, ya que sin el público almeriense, estos humoristas lo tendrían mucho más difícil. Si han conseguido llegar tan lejos es porque en su tierra pueden trabajar, y ellos son conscientes. Un diez para el público.

Ahora hay que seguir con interés la carrera de los protagonistas de Mamocracia. Todos están pletóricos, y cada vez son más los proyectos que abarcan, hasta hoy, todos con éxito. El programa radiofónico Vaya tela de Pepe y Paco en Onda Cero, los montajes que protagoniza Rocío en Madrid, o las apariciones televisivas de todos ellos en Paramount son sólo un ejemplo. Y lo mejor de todo; llegan a todo el mundo. Y han conseguido arrastrar al teatro a un nuevo público.

El viernes, entre el patio de butacas, había jóvenes que no habían asistido nunca a una representación teatral, había familias al completo, todo gracias al ingenio de los creadores, y también, a esa maravilla herramienta llamada youtube, esa ventana descomunal en la que el único programador es el público.

 

 

 

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