El Festival de Teatro de El Ejido comienza hoy con uno de sus platos fuerte. La compañía teatral La Cubana estrena en Andalucía el espectáculo “Campanadas de boda”, una producción que está cosechando grandes éxitos en los mejores escenarios del país. La obra, una original comedia costumbrista producida y protagonizada por la propia compañía, podrá verse en el Teatro Auditorio de El Ejido los días 16 y 17 de mayo, a partir de las nueve y media de la noche; el 18 de mayo, a las seis y media de la tarde y a las diez de la noche; y domingo, 19 de mayo, a partir de las ocho. Su director, Jordi Milán, nos adelanta cómo será la obra en una entrevista.
En ‘Campanadas de Boda’ La Cubana nos lleva de bodorrio.
En este espectáculo hablamos de ese teatro que se hace en la vida cotidiana y en el que todos participamos, y que pasa inadvertido como teatro. Esto es una constante en nuestra forma de trabajar y se puede ver en todos nuestros espectáculos. Para esta ocasión nos hemos fijado en las bodas, que creemos que es una de las celebraciones familiares más teatrales que hay, donde todo el mundo se transforma e interpreta su propio personaje.
¿Qué tienen de especial las bodas para plasmarla en un escenario?
Para empezar, es algo que todos conocemos y en el que tomos hemos participado, si no de contrayentes, sí al menos de invitados. Es un acto muy teatral, una boda, en definitiva, es como un gran espectáculo de teatro que la gente se monta para ser protagonista. En este caso, extraemos la parte más divertida esta manifestación.
Esto nos viene a decir que a todos nos gusta interpretar un papel.
En parte, sí. Algo que actualmente no es necesario y que es un trámite burocrático se ha convertido en todo un acontecimiento. La gente se sigue vistiendo de blanco, se ponen unas ropas que no les corresponden, se hacen todo tipo de ceremonias… pero tiene un punto de divertido. Todos nos quejamos cuando nos invitan a una boda, pero al final acabamos participando.
En el fondo se trata de ver esos ritos con un punto de vista crítico, ¿no?
Hacemos un humor muy crítico y divertido. Yo no estoy de acuerdo en que la risa sea una cosa pasajera, la risa también puede hacer pensar. Presentamos un espectáculo en el que el público se va a reír mucho, pero del que también van a poder sacar un mensaje. La gente que va a venir al espectáculo se va a mirar en el espejo para reírse de sí mismos; y si no de ellos, lo harán de quien tienen sentado al lado. Son cosas que conocen perfectamente.
Este espectáculo saca a la luz la historia completa de la familia Ruis.
Explicamos una historia divertida, la de dos señoras catalanas que en los 70 se fueron a vivir a El Ejido. Una de ellas se quedó soltera y la otra se casó con policía que estaba temporalmente viviendo allí. Se casaron, tuvieron hijos y crearon un pequeño negocio, un floristería, que ha ido a más y ahora es una de las más conocidas de la provincia. Y ahora se les casa la hija con un actor de Bollywood que conoció en una gira que él hizo por Almería.
Pero no todo será tan sencillo.
Claro, y para saberlo habrá que ir a ver el espectáculo. La Cubana juega con la participación, con la sorpresa… Este espectáculo es muy divertido y que en un principio puede parecer poco afín a nuestro estilo, pero al cabo de un rato todo cambia y se dan cuenta de que sí son La Cubana de siempre. Es un espectáculo divertido, una fiesta en la que el público también participa. Utilizamos mucha música, coreografía, rompemos la cuarta pared y nos acercamos al público, mucho color, mucho juego, mucha sorpresa… es un espectáculo algo distinto al resto de los que hemos hecho.
La sorpresa es fundamental en los espectáculos de La Cubana.
Sí y en este caso también, pero de otra forma. En este espectáculo la participación es de otra forma. Se juega siempre a sorprender, igual que ocurre en la propia vida. A mí me gusta ver el teatro que hay en la calle, en la oficina, en los metros, en los autobuses… que casi nunca sabes a quién tienes sentado al lado y resulta que puede ser un actor potencial.
Cómo nace ‘Campanadas de Boda’.
Es un montaje que lo teníamos en la cabeza desde hace mucho tiempo. Lo que pasa es que muchas veces no siempre puedes hacer el que quieres en cada momento y lo hemos ido aparcando, hasta ahora. De hecho, la idea no era hacer éste, sino otro. A veces los montajes se quedan en un rincón y no se hacen porque se hacen viejos. Éste no es el caso, creemos que trata un tema totalmente contemporáneo. Siempre nos han gustado mucho las historias de las bodas, y en montajes anteriores aparecen bodas, pero nunca antes nos habíamos centrado en ellas. Estoy muy contento con el espectáculo, tiene todos los ingredientes de La Cubana.