El parque del Palmeral de Balerma se ha vestido este domingo de fiesta para acoger los actos conmemorativos del 28-F, el Día de Andalucía, y rendir así tributo a los treinta y seis años de autonomía que gozamos los andaluces desde la aprobación del primer Estatuto, a través de referéndum, en el año 1.980.
Dichos actos han dado comienzo, a partir de las once de la mañana, con las distintas actividades y juegos deportivos para toda la familia que han llevado a cabo los monitores y técnicos del Instituto Municipal de Deportes, siendo en ellos los niños los verdaderos protagonistas.
Al término de éstos, se procedía a conmemoración de este Día de Andalucía con el acto institucional que, encabezado por el alcalde de El Ejido, Francisco Góngora, ha contado, también, con la participación de todos los miembros de la corporación municipal ejidense, el diputado provincial, Ángel Escobar, así como los representantes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, el Jefe de la Policía Local o el presidente de la Junta Local de Balerma, entre otras autoridades.
El izado de la bandera autonómica, a cargo del regidor ejidense, y al son del himno de Andalucía ponía el inicio a esta jornada festiva, dónde el Consistorio no sólo ha conmemorado el día de la Comunidad Autónoma, sino que, también, ha servido para rendir homenaje, como viene siendo tradicional, a dos vecinos de la ciudad por una vida plena dedicada, en gran parte, al trabajo que han desempeñado por Balerma, contribuyendo con ello al crecimiento y desarrollo del municipio de El Ejido. En esta ocasión dichos galardones han recaído sobre las personas de Rosalía López Fernández y Antonio Nache Martín.
El Día de Andalucía, como bien ha dicho el alcalde en su discurso institucional, nos debe de servir a todos para reflexionar sobre los que somos, el desarrollo que hemos conseguido a lo largo de estos treinta seis años de autonomía y el camino que aún nos resta por recorrer.
Y es que, a juicio de Góngora, “ser andaluz es un sentimiento que va más allá de un símbolo, de una bandera o de una palabra”. Es, como ha explicado, “trabajar porque ciudades como El Ejido sigan creciendo, abriéndose a España y a Europa como una tierra de progreso que cuenta con un sistema productivo, como es la agricultura, que genera riqueza y empleo, que aporta el 20% al PIB andaluz y del que se sostiene económicamente el 55% de la población”.
De igual modo, para el alcalde este sentimiento deber de ser para “tender puentes que nos permitan seguir conviviendo con la realidad de unas sociedades cada vez más cohesionadas, combatir las desigualdades, la inmigración irregular, así como promover las nuevas acciones y obras que deben de emprenderse”, pues “Andalucía y El Ejido no deben de bajarse del tren de la modernización, sino seguir convergiendo con las ciudades europeas”.
De ahí que Góngora insistiera al decir que “ser andaluz es avanzar al ritmo del resto de ciudades mediante la llegada de esas infraestructuras que, en materia de mejora educativa, productiva o sostenible, nos haga ofrecer los más altos parámetros de calidad de vida para las familias que conviven en El Ejido”. Y lo hizo, citando a Blas Infante, el padre de la patria, al decir que “no queremos, no podemos ser sólo Europa y España, somos Andalucía. Jamás hemos dejado de ser lo que, de verdad somos, andaluces”.
De igual modo, el alcalde ha aseverado que “Andalucía se ha conformado por el carácter, la cultura y el desarrollo de sus pueblos” y que, por ello, “a esos pueblos y ciudades deben de ser revertida esa entrega con el impulso de políticas que ayuden a la transformación y desapegue de los mismos”.
Es por ello que ha pedido “sumar las voces para elevar ese carácter emprendedor que siempre ha identificado a esta tierra”, a fin de “poner en valor todo el potencial de los sectores productivos que tenemos, desde la agricultura al turismo, sin olvidarse, tampoco, del sector servicios o comercio”.
También ha tenido palabras el alcalde para El Ejido al que ha definido como “la locomotora de la economía provincial y, por qué no, de nuestra propia Comunidad”. Una realidad que “entre todos debemos seguir construyendo a fin de que esta tierra siga siendo un lugar de oportunidades para nuestros hijos”.
Al margen de las grandezas de esta tierra, los logros conseguidos bajo el marco de la autonomía y los retos que aún quedan por conseguir, el alcalde tuvo referencias, en su discurso, a la importancia del Estatuto, la Carta Magna e incluso “al espíritu de consenso y diálogo que prevaleció en esa transición modélica, germen de nuestra política y nuestra propia sociedad de progreso”.
Todo ello, le ha permitido hablar de la situación política que, en la actualidad, se viven en el país al decir que “la fragmentación no debe ser objeto de divisiones ni de falta de diálogo, sino más bien de una oportunidad para abrirnos a los nuevos tiempos de una sociedad globalizada que marca nuevos retos y proyectos”. Y éstos, a su juicio, pasan “porque todos busquemos la estabilidad de un gobierno, de un país, pueblo o comunidad para dar seguridad a los ciudadanos e inspirar esas nuevas oportunidades para invertir o emprender”.
Y es que, como dijo citando a Einstein, “dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás, sino la única manera”. Y por eso, ha asegurado “es el momento de que todos seamos ejemplo de concordia, entendimiento y diálogo para primar el bien común frente al partidismo”. Tanto es así que, “debemos reflexionar sobre ello, porque ese futuro gobierno influirá en todos los aspectos sobre Andalucía y nuestra propia ciudad”.
Para acabar, a modo de conclusión ha recurrido el alcalde a Aristóteles e incidir en que “si el fin del gobierno es el interés general, la forma de gobierno será auténtica, pero, por el contrario, cuando es el interés particular de los gobernantes, la forma de gobierno estará alterada”.
Una frase, dijo, que de “debe de estar grabada en letras indelebles en el corazón y en la mente de todos los que nos dedicamos a la noble, y a la vez humilde, actividad de gestionar los intereses públicos de los ciudadanos”, pues solamente así “podremos conseguir la complicidad y maridaje entre gobernantes y gobernados, es decir, entre todos los ciudadanos”. Y con ello, “aunar todas las sinergias de la comunidad y unir esfuerzos que nos llevará al avance y mejora de nuestra sociedad”. Ésta “es la forma en la mi gobierno entendemos y practicamos la actividad política”.