Tras las críticas lanzadas tanto por los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Almería, así como por los integrantes de las plataformas en defensa del silo de mineral, más conocido como Toblerone, el concejal de Urbanismo, Pablo Venzal, ha recalcaldo que el derribo de este edificio emblemático «cumple escrupulosamente la normativa» y cuenta con todos los permisos pertinentes.
Venzal ha tenido que salir a la palestra para desmentir las afirmaciones realizadas por los grupos de la oposición y personas y colectivos en defensa de este vestigio de la Almería minera, en las que criticaban que la empresa encargada del desmantelamiento del edificio no cumplía con la normativa sobre derribos.
Estos grupos se han quejado de que en la actuación no se ha acotado una zona de seguridad, al tiempo que han lamentado la cantidad de polvo rojo de origen mineral que se está levantando con las obras, y que podrían ocasionar problemas de salud a los vecinos, según afirmaron.
Venzal ha criticado la falta de rigor en determinadas afirmaciones “que no vienen más que a enturbiar una importante operación urbanística, definitiva para el futuro de esta ciudad, que tiene por objeto poder financiar el proyecto del soterramiento sobre el que tanto se ha hablado y discutido en esta ciudad”.
El edil popular ha subrayado que el derribo de El Toblerone “no lo está llevando a cabo el Ayuntamiento. La labor municipal se limita en este asunto a conceder, si se cumple con lo determinado normativamente, como es el caso, la oportuna licencia para la demolición. Obviamente, permaneceremos vigilantes al cumplimiento de todo lo relacionado con la seguridad y la normativa municipal. La empresa que está ejecutando los trabajos cuenta con la experiencia necesaria para proceder al derribo de una estructura de estas características”.
Sobre las dudas que se han planteado y trascendido desde los grupos de la oposición, Venzal ha aclarado que “los trabajos que se vienen desarrollando cuentan con la coordinación necesaria en materia de seguridad y salud y están autorizados por el centro de trabajo de la Junta de Andalucía. Es normal que en una demolición, y más de este calibre, se genere polvo, pero se han dispuesto los medios necesarios para minimizar ese impacto, con una cuba de 40.000 litros y una motobomba que procede al riego de la zona, en turnos de mañana y tarde”.
