Durante la jornada matinal del ‘VII Congreso de la Transición en España. Democracia y Mundo Rural’ se han expuesto tres interesantes ponencias que han abordado aspectos y visiones diferentes de los años de la Transición.
La primera ponente ha sido Pilar Díaz Sánchez, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, que analizó el papel jugado por la mujer del ámbito rural durante la Transición. Para Pilar Díaz, las mujeres tuvieron que realizar un esfuerzo mayor en su lucha y reivindicaciones que los hombres: “Una triple lucha, por un lado contra el estado, su patrón y, además, reivindicar su sitio en la sociedad y en la familia. En muchas ocasiones enfrentándose a las decisiones de su propio marido o de su familia”.
Señaló que los movimientos sindicales de izquierda eran muy “machistas” en su funcionamiento. Esto hizo que muchas mujeres decidieran crear sus propias asociaciones para defender sus derechos. Con frecuencia la historiografía reciente no recoge el papel desempeñado por la mujer durante estos años.
Organizaciones agrarias
Posteriormente tomaría la palabra, Alberto Sabio Alcutén, profesor de la Universidad de Zaragoza, que examinaría el papel desempeñado por las organizaciones agrarias progresistas en la democratización del mundo rural.
En su discurso puso de manifiesto cómo en la primera mitad de la década de los setenta las movilizaciones y protestas agrarias no contaban con el mismo apoyo que las movilizaciones urbanas o de áreas industriales. Con la Transición se buscaron nuevas fórmulas de representación y asociación que defendiesen los derechos de trabajadores del campo. También explicó cómo se luchó por cambiar las estructuras y organización de las Cámaras agrarias que seguían con un funcionamiento propio del ‘sindicalismo vertical’.
Debilidad democrática
Para finalizar la sesión, la doctora Mónica Fernández Amador destacó que el mundo rural fue un elemento básico para comprender la democratización en toda su extensión.
Subrayó que las elecciones de 1979 fueron un hito histórico desde el punto de vista de la transición local. El retraso en su celebración fue muestra de debilidad democrática y se denunció internacionalmente.
La consecuencia fue la consolidación de la hegemonía de UCD pero al mismo tiempo se asistió a un triunfo de las organizaciones de izquierdas en cuanto al peso de los votos conseguidos. El acuerdo entre PSOE y PC fue decisivo para la constitución de esas primeras corporaciones democráticas.
La predominancia de candidaturas independientes fue clave y revela la debilidad todavía del sistema de partidos.
Ausencia femenina
Mónica Fernández Amador subrayó que la inclusión de mujeres en las candidaturas fue mínima y muy pocas fueron elegidas. Esta ausencia femenina es prueba evidente de que el proceso democratizador tenía muchas carencias.
Sin embargo, la celebración de estas elecciones supuso la democratización de los ayuntamientos y una renovación del personal político y de la vida política local.