La zona expositiva del Aula de Arqueología Experimental es ya una realidad en Rioja tras el acto de apertura que tuvo lugar en la tarde de este sábado con la asistencia de más de doscientas personas. El edificio, de propiedad municipal, supone un viaje en el tiempo a través de varios centenares de piezas y una treintena de mosaicos inspirados en las antiguas civilizaciones que poblaron el Mediterráneo. Distribuidas en varias salas, se pueden contemplar reproducciones arqueológicas del Paleolítico, Neolítico, Edad del Cobre, Edad del Bronce, Íberos e Imperio Romano. También cuenta con una sala de armas englobando varias etapas de la historia.
El Aula de Arqueología Experimental lleva el nombre del riojeño Mariano Sánchez Hernández (1917-1988), gran aficionado a la arqueología cuyo hijo, Mariano Sánchez Abad, cogió el testigo para seguir poniendo en valor esta actividad vinculada estrechamente con la historia y el arte.
La alcaldesa de Rioja, Mª Isabel Sánchez Siles, resaltó en su intervención la meritoria labor realizada por Mariano Sánchez Hernández para recuperar el patrimonio histórico de un pueblo del que se sentía enamorado. “Es una gran satisfacción ver materializado su sueño, agradezco la generosidad de su hijo Mariano Sánchez Abad por haber cedido a Rioja numerosos mosaicos y reproducciones arqueológicas que dan contenido a la sala”.
La regidora riojeña recordó el gran esfuerzo económico que ha supuesto abrir el Aula de Arqueología Experimental, agradeciendo especialmente el papel jugado por el diputado provincial de Cultura, Antonio Jesús Rodríguez, y por el coordinador del Instituto de Estudios Almerienses, Francisco Alonso, para recibir las ayudas concedidas. Igualmente al Grupo de Desarrollo Rural por la subvención aprobada para la puesta en marcha de un taller de reproducciones arqueológicas. “A otras instituciones que no se han sumado al proyecto solo decirles que Rioja también existe”.
Legado arqueológico
Por su parte la concejal de Cultura, Manuela Mañas, destacó en su intervención que “la figura de Mariano Sánchez Hernández sigue viva en el pueblo, me siento muy orgullosa de formar parte de un proyecto que solo acaba de empezar para seguir experimentando con la arqueología y darla a conocer a las generaciones venideras”. También intervino Diego Cruz, amigo y estrecho colaborador de Mariano Sánchez Abad, quien alabó su generosidad. También tuvo palabras de agradecimiento a José Cervilla, que donó numerosas herramientas para dar los primeros pasos en los talleres de arqueología experimental.
El homenaje se completó con el recitado de poesías a cargo de Diego Cruz y José Puertas, y un emotivo discurso de Mariano Sánchez Abad recordando la vida y pasiones de su padre, artista autodidacta que formó parte del movimiento indaliano y que se adentró con maestría en muchas disciplinas como la arqueología, pintura, música o poesía. “Mi padre me contagió de su afición por la arqueología visitando desde pequeño numerosos yacimientos; la cesión de piezas y mosaicos al pueblo de Rioja no ha sido casual, teníamos un sueño de donarlas para hacer un museo”.
Numerosos amigos, familiares y entidades colaboradoras recibieron obsequios elaborados por Mariano Sánchez Abad en un sentido homenaje en torno a la figura de su padre, Mariano Sánchez Hernández.