El Archivo Histórico Provincial se une este año a la celebración del Día Internacional de los Archivos que se celebra el 9 de junio con la presentación del documento del mes ‘Epidemias y Deudas por Misas’ como preámbulo de esta efemérides. Se trata de un documento de 1805 en el que los familiares de varios vecinos que fallecieron por una epidemia que sufrió la población de Vera, son demandados por la Iglesia por no pagar estas misas.
Según explica el delegado, Alfredo Valdivia, “este documento refleja la enorme preocupación que tenían los habitantes de este país por salvar su alma tras la muerte”. Los vecinos procuraban que sus almas, después de esta vida, fueran al cielo y pudieran disfrutar de la salvación, para lo cual, dejaban en sus testamentos una parte de su dinero para el pago de misas rezadas que procuraban el beneplácito de Dios “y si no testaban, los familiares eran los que se encargaban las misas por el perdón de los pecados y la salvación eterna”, ha subrayado Valdivia.
Por su parte, Víctor Luque de Haro, del Departamento de Economía y Empresa Área de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Almería, ha explicado sobre el documento escogido para exhibirse en el Archivo Provincial de Almería que es “es fruto de la oleada de defunciones producidas durante la epidemia de fiebre amarilla que padeció la ciudad de Vera en los años 1804 y 1811-12”. En ese sentido, ha precisado que “en el expediente judicial se demanda por parte de los curas ecónomos, en nombre dela parroquia de Vera, el cobro de unas determinadas cantidades debidas como consecuencia de los servicios prestados para la cura de almas por parte de la Iglesia”.
Luque de Haro ha mostrado durante la presentación del ‘documento del mes’ un gráfico en el que se puede apreciar cómo durante los años 1804 y 1811-1812, la ciudad de Vera sufrió la peor crisis de mortalidad documentada de su historia. En esos tres años murieron más de 2.000 personas de una población que rondaba los 6.000 habitantes. Las tasas de mortalidad de esos años (64,8 por mil en 1804 y 123,8 y 151,3 en 1811 y 1812) son las más altas de toda la serie que se se ha reconstruido a partir de los datos de los sepelios parroquiales y de la población en los distintos padrones de la ciudad.
Con este documento, el experto subraya “las consecuencias sociales y económicas que dicha crisis de mortalidad tuvo sobre la población, de tal manera que llegó a afectar incluso a la disponibilidad de alimentos”.
La religión, tal y como ha recordado Luque de Haro, ocupaba en el Antiguo Régimen un lugar central en la vida de las personas y cobraba importantes emolumentos por la prestación de servicios litúrgicos, especialmente misas para la salvación del alma del difunto.
Los demandados del documento pertenecían a la clase social más pudiente del municipio. En el mismo, se recoge la afirmación de los curas ecónomos donde señalan su “moderación puesto que nada intentamos interesar por la pompa funeral que no hubo, ni tratamos del pobre ni el de diáfana fortuna, y si solo con el pudiente facultado”. Mediante reconstrucción familiar, añade el experto, “ hemos podido averiguar que los implicados en cuestión tenían ocupaciones bien consideradas».
Luque de Haro ha destacado la importancia de este documento “para poder comprender diferentes aspectos propios de la época desde el punto de vista del impacto demográfico que conllevó la epidemia de fiebre amarilla y porque supone un ejemplo de la forma procesal de tramitación de los impagos por la cura de almas”. Además, también refleja los conflictos existentes entre los diferentes poderes (judicial, eclesiástico, la administración representada por los alcaldes, etc.), y sobre todo, el poder de la Iglesia en la España de esas fechas.