Javier Lozano ya se mostró crítico con la fusión de centros durante el último Consejo de Gobierno, celebrado el pasado 21 de junio, en cuyo resumen se decía que «se ha confundido rapidez con precipitación, sin tiempo de asimilar el cambio tan profundo que se propone. Acaban de celebrar el 25 aniversario, y ahora tendrán que celebrar su conclusión».
La decisión de acabar con la Escuela Superior de Ingeniería ha sentado mal entre la comunidad universitaria. Este centro, que este año cumple 25 años, fue el origen de la Universidad de Almería y en los últimos años ha figurado entre los cinco mejores del país para estudiar agronomía.
El más, si por algo se define la Universidad de Almería es por su trabajo en el ámbito de la agricultura, cuyos principales avances han salido de los laboratorios de este centro, de ahí que sea menos comprensible aún la fusión adoptada en el Consejo de Gobierno.
Es más que probable que la dimisión de Javier Lozano no sea la única, ya que han sido varios decanos los que han mostrado su malestar con esta política de fusiones y amenazaron con dejar su puesto.
En cualquier caso, Lozano deja una Escuela mejor que la que recibió. Se mandato comenzó en 2004 y durante este tiempo, entre otros muchos logros, ha conseguido ubicar la Escuela entre las más prestigiosas del país y ha conseguido el sello de calidad AUDIT, que concede la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), un logro todavía no alcanzado por ningún otro centro de la Universidad de Almería. Además, a lo largo de los ocho años que ha estado en el puesto, Lozano ha trabajado por que la ESI esté más cerca de la sociedad.
