Cerca de cuarenta años de experiencia y compartir escenario con grandes como Jorge Cafrune, Quilapayun, Olga Manzano y Manuel Picón o Mercedes Sosa avalan la calidad de Los Salteños, grupo almerienses que este viernes transportó al Teatro Apolo a un viaje por la tradición del folklore más añejo y con mayor poso de Hispanoamérica.
Bolivia, Argentina, Perú o Paraguay, unión de pueblos por el canto popular en el repertorio de un quinteto formado por Polo, Germán, Indalecio, Miguel y Gallardo, estuvo apoyado también por la batería de Manuel Mañas y por los teclados de Pablo García.
Durante casi dos horas de espectáculo Los Salteños demostraron su respeto y admiración por la cultura ascentral de Hispanoaméricana, que se plasma en la música de ‘El Cóndor Pasa’, con la que abrieron, un popurrí de carnavales con ‘Decime Que Sí’ o ‘Boquita de Cereza’ o la clueca norteña ‘Qué Mala Suerte’. El público se dejó llevar por la dulcera de la quena, la flauta india, y el gran empaste vocal de un grupo veterano, pero con una interpretación que soporta con jovialidad el paso de los años. ‘Samba de mi Esperanza’, los carnavales ‘Consejos’ y ‘Amigo de la Tristeza’ y ‘Canción Para un Viejo Cantante’, cerraron una primera parte del concierto muy celebrada.
Aunque los momentos más vibrantes e intensos se vivieron en el segundo tramo de la extensa velada. ‘El Camba’, canción que se incluirá en el quinto trabajo discográfico del grupo, que se llamará ‘Salteños, Sencillamente’ y cuyo lanzamiento está previsto para la próxima primavera, fue la encargada d abrir el segundo bloque, que continuó con el bello y conocido vals peruano ‘Que Nadie Sepa De Mi Sufrir’, interpretado con quina. ‘Luz de Amanecer’, ‘Recuerdos’, la comprometida ‘Guitarra Nueva’, ‘Milonga de la Riqueza’ con su final reivindicativo en malambo, uno de los géneros del folklore hispanoamericano más olvidados, y la naturalista ‘El Pájaro Campana’, cosecharon cálidas ovaciones y ejecuciones magistrales.
‘Si Se Calla El Cantor’, ‘El Cascabel de Illapu’ y ‘Maracaibo’ pusieron el broche final a una noche en la que Los Salteños sentaron cátedra sobre cómo interpretar con elegancia y respeto lo más arraigado del folklore de Latinoamérica.
