Hoy voy a barrer para casa. Quiero hablar de los profesionales de la comunicación, marketing, publicidad, diseñadores, relaciones públicas, community manager… De Pepa, José y Ana, y de todos y cada uno de los que trabajamos para promocionar la marca y gestionar la reputación. Aunque realmente lo que quiero es hablar de usted. Con la crisis, lo primero que se hace es recortar gastos y ahí la partida de promoción se reduce hasta dejar un cero en el casillero. “¡Virgencita, que me quede como estoy!”, pensaban algunos empresarios al iniciarse esta feroz época. Una falacia. Si hoy tiene 10 clientes dentro de un año contará con 8, porque uno se querrá ir a otra oferta más barata y otro desaparecerá. Es ley de vida. Por lo que necesita ampliar su cartera de clientes para cubrir las bajas.
Por eso, me sorprendo cuando escucho a empresarios que eliminan la partida de promoción porque, según dicen, no sirve para nada. Se equivocan. Damos lo que más se necesita hoy en día: Confianza. Cuando lanzamos una campaña de comunicación le decimos al mundo “aquí estoy, dispuesto a luchar”, le mostramos los valores que nos diferencian, y, si se realiza bien, establecemos un diálogo con el consumidor que terminará eligiéndonos en vez de a la competencia.
Qué deberían hacer entonces. Ser eficientes también en comunicación y no desperdiciar el dinero. Es decir, elaborar un plan, que incluya claramente los objetivos, el dinero que realmente disponemos, y las acciones y herramientas que usaremos para llegar al público objetivo. Siempre buscando la creatividad y la diferenciación.
Por ejemplo, si abre una pequeña frutería de barrio, no necesita grandes gastos. Resulta más rentable, por dar una idea, hacer un reparto de octavillas e invitar a los vecinos una tarde a probar las ricas frutas. Pero si lo que dirige es una gran empresa agroalimentaria, deberá tener una estrategia en redes sociales, invertir en publicidad, organizar eventos corporativos en los países de destino, relacionarse con los periodistas, acciones de “street marketing”… Lo que su creatividad y dinero permitan.
Por eso, le recomiendo que la próxima vez que le llame un profesional del sector, escúchelo.