Apasionado por la cultura hip hop y del arte urbano. El artista francés Charles Bignon reúne a varios de los protagonistas del cine hecho en Almería en Mini Hollywood, una exposición con un lenguaje muy directo y en la que predominan el rojo y el negro.
Acaba de volver de Marruecos, donde ha expuesto Plastic Remix, una serie artística en la que realiza un homenaje a los agricultores y trabajadores que han hecho posible el ‘milagro Almería’. Charles Bignon tiene un lenguaje artístico fácilmente reconocible, un estilo que bebe de la cultura pop y en el que reúne a los iconos más reconocibles de la sociedad de consumo. Colores básicos y un mensaje directo son sus señas de identidad más reconocibles y que vuelve a utilizar en Mini Hollywood, la exposición se puede ver en la Casa del Cine de Almería hasta el mes de junio.
Eres uno de los pocos artistas que ha entrado de lleno en los invernaderos.
Llevaba casi diez años queriendo hacer algo sobre los invernaderos. En 2009 gané Alnomalía y pude organizar talleres en la Mojonera, donde se concentra gran parte de la inmigración. Hicimos talleres de hip hop, de fotografía, de poesía sobre el plástico; en paralelo hice un par de obras, como una escultura que está en La Mojonera. En 2012 me fui a Roquetas y empecé a plasmar de manera legal e ilegal este tipo de imágenes sobre los invernaderos.
Tu obra sobre los plásticos puede entenderse como un gesto de generosidad.
Lo hice como homenaje a la labor de todas las personas que trabajan bajo los plásticos, que he conocido a lo largo de estos cuatro años que llevo con este proyecto. Les alegra un entorno tan monótono, pero más allá de eso es un homenaje a su trabajo, a su esfuerzo. Cada uno de ellos podía ser protagonista de la obra, lo planteo como un reflejo a mi estilo de su día a día.
¿De alguna manera empatizaste con los inmigrantes de la zona a través de tu arte?
Como extranjero, me meto en la piel de esta gente. Yo vine como inmigrante de ocio, como erasmus, y también a buscarme la vida, a trabajar; pero esta gente no viene a divertirse. Pinté el invernadero en junio y podía estar allí. No sé, ¿unos 50 grados? Solo aguantaba quince minutos seguidos dentro del invernadero.
Te atreviste a pintar una pared entera de un invernadero, ¿por qué?
Puede hacerlo gracias a la colaboración del propietario. La idea le gustó, me abrió las puertas de su invernadero y me ayudó en todo lo que pudo. Allí pinté una obra de 150 metros lineales, toda la fachada del invernadero. Lo que me ha gustado es que la obra sigue viva. Yo la hice en junio y al mes siguiente blanquearon el invernadero. Me gusta el efecto que le ha dado: le da más profundidad, algo de melancolía. La obra se transforma y también es efímera, porque el propio invernadero tiene una esperanza de vida muy corta, cada cinco años o así hay que cambiar el plástico. Lo que importa es el proceso de creación de la obra. pongo en un escenario ajeno al suyo… un poco de ironía, de sarcasmo, pero siempre con humor.
Tu nueva obra, también almeriense, en este caso la protagonizan personajes reconocibles de la cultura almeriense y actores que han rodado en esta provincia.
En Mini Hollywood uso el blanco, el rojo y el negro, por ser colores muy de Almería, y también por su simbolismo; colores básicos que impactan más. La verdad es que soy muy del blanco y negro, si pudiera mis obra así. A mí manera mi arte es muy hip hop, y también se puede ver en esta última muestra. Un mensaje muy claro lanzado directamente… y también es una técnica similar. En el rap se toman partes de otros temas para componer la base, en mis obras hago algo parecido. Tomo iconos de la sociedad de consumo y los entremezclo.
¿Y caes en los tópicos?
En Mini Hollywood intento salirme de los tópicos, no saco a Clint Eastwood. Es todo digital, algunos a tamaño natural… y en cierto modo es resultado del estado del arte, porque ahora no me puedo permitir estar tres semanas con una obra para venderla a los precios de ahora, si es que se vende, por eso para esta serie he utilizado el digital. Además, esto me permite personalizar las obras, de una serie que voy a poner a la venta.
¿Se puede vivir del arte?
Hubo un tiempo en que pude vivir de mi obra. En 2010 tuve una etapa muy buena: expuse en París, en Nueva York, tenía un mecenas que me compraba mucha obra, pero eso duró solo un año y pico. Pero yo sigo luchando, porque es lo que me queda.
