Calixto Sánchez dio una clase magistral de flamenco en el Apolo

Calixto Sánchez dio una clase magistral de flamenco en el Apolo

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El cantaor Calixto Sánchez acompañado del guitarrista Manolo Franco ofreció el pasado viernes una autentica lección de flamenco en el Teatro Apolo, donde el público que llenó el aforo disfrutó durante dos horas de la maestría de este fenómeno del cante. Fue desgranando los palos del flamenco y explicando las dificultades de cada cante al tiempo que iba interpretándolos.

La actividad que formaba parte del VIII Ciclo Municipal de Divulgación del Cante Flamenco que organiza la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Almería fue presentada por Antonio Zapata Roldán, el cual explicó que “Calixto Sánchez es la única persona en el mundo del flamenco en la que confluyen varias facetas, es docente, es cantaor profesional y es investigador del flamenco”.

Calixto Sánchez, que atraviesa un buen momento artístico, comenzó su conferencia expresando que “aunque estemos en Andalucía, una de las grandes verdades es que de flamenco sabemos poquísimo. Realmente es una cosa preocupante, ya que desde hace mucho tiempo se empezó a trabajar para que el flamenco estuviese en los colegios de la comunidad, pero por unas razones u otras esa idea no hay llegado a cuajar. Espero que no pasen otros 30 años para que el flamenco se considere una gran música en los colegios”.

“El flamenco tiene una característica que le da el sello, sin esa característica el flamenco deja de ser lo que es. Esa característica es la cadencia andaluza, es decir, los acordes musicales que vienen de la época clásica de los griegos. Esa cadencia está presente en todos los cantes flamencos”, explicaba Sánchez.

“Cada cante tiene su aroma. Si se hacen cantes referidos a la minería tiene que oler a mina, si se canta seguiriyas tiene que oler a tragedia, si se canta soleá tiene que oler a amor. Si se canta todo con la misma voz y la misma intensidad se aburren las ovejas, porque todo suena lo mismo, y no es así. El cante está tomado de la vida real, y la vida real tiene muchos matices distintos”, explicó el maestro.

Una de las primeras interpretaciones que hizo el viernes, Calixto Sánchez fue una nana, cante utilizado por las madres para dormir a los niños. “Además hay otros cantes muy flamencos y que son muy complejos porque son los cantes a capela, cantes sin acompañamiento de guitarra. Esos cantes tienen una serie de dificultades, como son la falta de referencia tonal al no contar con el apoyo de la guitarra”, señalaba Sánchez.

“La toná es un cante de trabajo, un cante que se supone que comienza más o menos en las herrerías y en cada sitio le dan una matización. Son cantes distintos, de temperamento, un cante complejo. Ha habido poca gente que haya cantado bien por tonás. Mairena cantaba muy bien por tonás”, hizo referencia Calixto Sánchez.

El segundo grupo son los cantes sin compas o cante libre, donde se establece un dialogo entre la guitarra y el cantaor. “En el momento que el cantaor hace un cante largo, la guitarra tiene que rellenar los huecos para dejarlo respirar. Si el guitarrista es malo termina con el cantaor, y no le da tiempo a respirar al cantaor. El aire es la gasolina de la voz”, confesó Sánchez.

Atendiendo a este tipo de cantes, Calixto Sánchez hizo referencia a las malagueñas del Mellizo, “que son las más fáciles de hacer”, mientras que las de Chacón son las más complejas. “Hay que saber respirar para llegar arriba dado que los arcos melódicos son muy largos”. Sánchez hizo una malagueña acompañado por Manolo Franco, uno de los grandes de la guitarra.

Calixto Sánchez también hizo referencia a la granaína, de la que aseguró que “solo la pueden hacer aquellos artistas con muy buenas condiciones vocales”. Con respecto a los cantes mineros, de levante o almerienses, Sánchez subrayó que “entrañan ciertas dificultades para muchos cantaores porque son cantes largos, hay que respirar la mina y cantarle a los útiles que se utilizan en la mina”.

Luego, el gran cantaor entró en otro tipo de cantes con otra complejidad como son los cantes a compas. “Dentro de los cantes a compas el cante reina es la soleá, porque es un cante de amor. La dificultad que tiene la solea es que hay que vocalizar bien y también hay que cantar al compás que marca la guitarra”.

Calixto Sánchez que acabó cantando por bulerías al estilo de la bulería de Cádiz, dijo que “el flamenco es enormemente agradecido. Cuando sea mayor quiero ser cantaor, y si en la otra vida hay algo, también quiero ser cantaor de flamenco y quiero encontrarme siempre un público tan respetuoso como vosotros”.

 

 

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