Una comunidad que apueste por la creación de patentes, producción científica y grupos de investigación. Así será Andalucía después de reorientar el sistema público de investigación a las necesidades de las empresas, para aumentar el gasto privado en I+D y poner en alza esa inversión, según explicó el consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, José Maldonado.
En línea de lo marcado por el Horizonte 2020 (programa europeo que financia los proyectos de investigación e innovación), la Junta de Andalucía está inmersa en la elaboración de un nuevo Plan de Investigación para Andalucía (PAIDI), «documento estratégico que supondrá un impulso importante a la transferencia de conocimiento y a la participación del sector privado en las actividades de I+D».
De la misma forma, indicó que el Gobierno andaluz también tiene en formulación la Estrategia Regional de Especialización Inteligente, alineada con la RIS3 europea, una estrategia que «reorientará las inversiones y esfuerzos hacia sectores con mayor impacto en el tejido social y productivo».
En este sentido, ha recordado que, con objeto de «anticiparnos a las nuevas exigencias comunitarias en materia de industria», la Junta cuenta con el informe ‘Andalucía ante los retos de la nueva política industrial europea’, realizado por Corporación Tecnológica de Andalucía. Este documento ofrece una perspectiva sólida del posicionamiento y de las oportunidades del nuevo marco europeo en base a nuestras capacidades y necesidades en el campo científico e industrial.
«Tenemos capacidad y potencial para acometer un trabajo ingente, pero con posibilidades de éxito», ha subrayado, para explicar posteriormente el «cambio estructural» que ha experimentado Andalucía en materia de I+D en los últimos 20 años. Las patentes se ha multiplicado por 4 y los contratos de I+D con empresas por 10; la producción científica se ha multiplicado por 8, aportando Andalucía casi el 15% de la producción nacional, y la región ha configurado una comunidad científica de más de 2.000 grupos de investigación y cerca de 30.000 investigadores. «Estos avances no son fruto de la casualidad, pues responden a una estrategia mantenida e impulsada desde la colaboración público-privada», precisó.
La competitividad como factor determinante
Por otra parte, el consejero hizo un análisis de las prioridades políticas y presupuestarias de la Comisión Europea para el periodo 2014-2020, que consideran la competitividad un «factor determinante» para el crecimiento económico a medio y largo plazo para el conjunto de regiones europeas.
De este lado, defendió la estrategia que está diseñando el Gobierno andaluz para favorecer un crecimiento competitivo de la economía andaluza. «Dentro de nuestro ámbito competencial como Comunidad Autónoma, nos vamos en concentrar en revaluar nuestros activos como palancas de crecimiento económico y empleo», ha apostillado. Así, ha añadido que se trata de reforzar la economía andaluza y las empresas, propiciando que generen mayor valor añadido y empleo con menos necesidades de capital y más eficiencia productiva.
Y ello, sostuvo el consejero, requiere introducir cambios en nuestros factores productivos como son la cualificación de las personas, la capacidad exportadora, las infraestructuras de transporte, la internacionalización e innovación y el impulso al crecimiento de la iniciativa privada y la capacidad emprendedora en Andalucía.