Más de cincuenta asociados de Amigos de la Alcazaba realizaron este fin de semana una nueva visita guiada a la riqueza patrimonial y cultural de la provincia de Almería, concretamente a los históricos barrancos mineros de Sierra Almagrera, el Jaroso y el Chaparral, donde recorrieron la zona con el profesor Pedro Perales Larios como guía ilustrado.
“Ante el riquísimo patrimonio minero de esta comarca almeriense resulta difícil de entender que no se valore lo suficiente como para darlo a conocer a los ciudadanos y explotarlo turísticamente. Ello pese a los propios deseos del Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora, que colaboró en la actividad, y de los esfuerzos de personas como Enrique Boleas y el propio Pedro Perales, que nos acompañó en esta visita”, explica la presidenta María Teresa Pérez.
Sierra Almagrera se hizo famosa en todo el mundo en 1838. En aquella pequeña cadena montañosa de nueve kilómetros de longitud y apenas 350 metros de altitud, que va paralela al mar de Villaricos al Pozo del Esparto, se realizó un descubrimiento extraordinario: el filón Jaroso. Una mina de plomo enriquecido de plata que revolucionó la vida de la zona y supuso el inicio del “boom” de la minería almeriense. Su descubridor Miguel Soler Molina constituyó inmediatamente la sociedad minera “Carmen y Consortes” y al poco tiempo sus pocos accionistas se hicieron millonarios, En pocos meses se registraron en aquella pequeña zona más de 1.700 minas, en una auténtica “burbuja especulativa” que poco tenía que ver con la producción real de aquellas minas, a veces simples agujeros.
Por supuesto, en esta época de inicios de la revolución industrial en España las condiciones laborales y sanitarias eran durísimas: sueldos miserables, jornadas eternas, sin descansos, enfermedades, trabajo de niños de hasta seis años… En los primeros momentos incluso no había poblados y habitaciones, pero hacia 1875-1880 ya podemos ver cómo era el poblado minero del Jaroso, como reflejó el histórico fotógrafo lorquino José Rodrigo.
Una dificultad añadida a la explotación minera, y muy importante, eran las aguas que se necesitaban evacuar de las minas. Finalmente, la solución tuvo que ser el empleo de máquinas de vapor del ingeniero Paul Colson a partir de 1851, máquinas que adaptó a las necesidades de las explotaciones minifundistas.
Por ello, Amigos de la Alcazaba también se dirigió al barranco cercano del Chaparra, donde se encuentra una autentica joya del patrimonio industrial almeriense. Se trata de la máquina de vapor de Paul Colson que aún permanece in situ. El hallazgo de esta pieza única fue realizado por Andrés Sánchez Picón y Diego Collado el 28 de febrero de 2001. La máquina, que pudiera remontarse a 1866, es la tercera máquina de vapor más antigua de España. Su valor añadido es que continúa en el mismo lugar donde realizaba su actividad. Por todo ello se considera una auténtica joya de la arqueología industrial de Europa.