El novelista vasco Mikel Azurmendi regresa a El Ejido para presentar su última novela, ‘Tango de muerte’, en la que aborda la vida de unos etarras perseguidos por abandonar la banda. La novela tiene algo de autobiografía y es que Azurmendi fue militante de ETA en los primeros años del grupo terrorista, pero su rechazo a la violencia le hizo dejar la banda y lo convirtió en objetivo de los terroristas. La presentación de ‘Tango de muerte’ tendrá se llevará a cabo el 16 de septiembre, a las 21 horas, en el Hotel Victoria de El Ejido, e inaugura el VII Ciclo de Encuentros Literarios.
No es la primera vez que Mikel Azurmendi visita El Ejido. Ya lo hizo cuando la localidad del Poniente vivió sus momentos más tristes en el año 2000, cuando se produjeron los enfrentamientos entre parte de la población local y parte de la inmigrante. De los sucesos de El Ejido nació ‘Estampas de El Ejido’, una crónica de esos días negros que vivió el municipio.
Licenciado en Filosofía por la Universidad de la Sorbona de París, Mikel Azurmendi fue, asimismo, profesor de esta Univesidad durante sus años de exilio. Tras su regreso a España se postuló en contra de la Constitución y el Estatuto de Autonomía del País Vasco por considerar “que había fuerza para exigir más”.
También es doctor en Filosofía por la Universidad del País Vasco. Con el segundo gobierno de Aznar fue presidente del Foro Social para la Integración de los inmigrantes; también ha trabajado en el Instituto Cervantes de la ciudad marroquí de Tánger. Fue el primer portavoz del Foro de Ermua y fundador de ¡Basta Ya!, hoy en día está amenazado de muerte por la banda terrorista ETA debido a su postura crítica con el nacionalismo vasco y su entorno, así como un compromiso firme contra la violencia y el terrorismo de ETA y a favor de la paz y la libertad en el País Vasco.
Tras dos intentos de atentado, y junto on las constantes amenazas de ETA, ha abandonado temporalmente su plaza de profesor de antropología en la Universidad del País Vasco marchándose a Estados Unidos. En el año 2002 fue uno de los 42 profesores de la UPV que firmaron un manifiesto denunciando que en ésta actúba una «red mafiosa que apoya, justifica y explota el terrorismo en su propio beneficio, sin que su colaboración con ETA haya sido perseguida como se debe».