El Mausoleo de Abla recupera su imagen original tras la primera restauración

El Mausoleo de Abla recupera su imagen original tras la primera restauración

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El Mausoleo de Abla recupera su aspecto original.El Mausoleo de Abla recupera parte de su imagen original después de la restauración perpetrada hace unas pocas semanas y que cambió su aspecto anterior por un conjunto de bloques de cemento. Ahora, la Consejería de Cultura ha retomado el proyecto y sus técnicos trabajan ahora en recuperar la imagen original del exterior del monumento, que se remonta a la época romana, concretamente al siglo II de nuestra era.

Las obras de adecentamiento de este monumento romano reconvertido en ermita a partir de siglo XV, uso que llegó hasta 1936, estarán listas antes de que finalice el año. Las obras cuentan con un presupuesto global de 435.042 euros, financiados por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, y están siendo ejecutadas por la empresa Construcciones Manuela Velázquez de Castro. Una vez terminadas, habrán permitido recuperar una de las construcciones más antiguas de la provincia, cuyo uso de carácter fune-rario data del siglo II de nuestra era. 

En cuanto a las características arquitectónicas, el Mausoleo de Abla es una construcción turriforme en mampostería, techada en bóveda de arista, perteneciente a la época romana. Su ubicación estratégica a la entrada de la población responde al uso funerario que se le atribuye. Su estructura, representativa de la época, permitía ser visualizada por el viajero que se acercaba cabalgando hasta el punto crucial del camino de entrada al antiguo núcleo de Abla llamado Colada del Moral.

Su espacio interior de reducido tamaño -3,70 x 3,70 metros cuadrados- albergaba una cripta y una pequeña sala para el ritual funerario.   

El proyecto de restauración, redactado y dirigido por el arquitecto Jesús Basterra, ha sido modificado en base a los nuevos descubrimientos arqueológicos que han sido revelados durante el transcurso de la actuación con el fin de mejorar su interpretación y restituir su forma originaria.

Y es que hace unas semanas, la Asociación de Amigos de la Alcazaba hablaba de un «expolio consumado». Antonio Gil Albarracín afirmaba que «varias restauraciones o fases de las mismas o revisiones sucesivas de una misma restauración, que importa la denominación del desastre, se iniciaron a partir del año 2006, sin haberse concluido aún en las postrimerías del año 2009: a lo largo de ellas se han ocultado buena parte de los elementos que permitieron conocer su carácter y su complicada historia, se han picado burdamente los muros originales para aplicarle un revestimiento impropio y absurdo, que posteriormente se ha retirado, excepto algunos testigos del mismo, volviendo a dejar el muro original, pero irremediablemente deteriorado, desgraciado resultado de haber destruido su capa superficial; se le han añadido elementos extraños como gárgolas desproporcionadas, portada sorprendente, ferralla impropia y otras sorpresas que seguramente nos irán deparando sucesivas arbitrariedades». 

Gil Albarracín hablaba de «auténtico disparate» cuando se refería a la restauración, y argumenta su afirmación con que esta obra «erosiona gravemente nuestro patrimonio cultural, con evidente desprecio de la máxima figura legal de protección que lo amparaba».

Más información en el artículo de Gil Albarracín:

El Mausoleo de Abla: un expolio consumado.

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