El virtuosismo o la sencillez; los sonidos elaborados o la improvisación; la excelencia o la frescura. Ideas contrarias y casi enfrentadas que se dieron cita sobre el escenario del pub Lili Marlene de Almería sus dos protagonistas de la noche del jueves: los granadinos Sniper Alley y los almerienses Arny Division. Ambas bandas mostraron dos formas bien distintas de entender el rock&roll, la primera de ellas con un rock gargero y contundente, frente al punk pop lleno de frescura que se marcaron Arny Division. Algo más de dos horas de música acelerada y contundente.
Los encargados de abrir la noche fue la banda local Arny Division. Curtidos en mil batallas, estos almerienses amantes de The Ramones y The Queers, y entregados al punk pop se mostraron tan divertidos como siempre. La frescura que muestran, su actitud sobre el escenario y la alegría que irradian hacen que cada una de sus actuaciones sea una buena excusa para salir de casa.
Atrapados por un eterno espíritu adolescente, Arny Division se marcó un concierto agradecido, con pocos matices y menos gestos de virtuosismo, que conectó con los almerienses que se acercaron al local. La historia de esta banda está marcada por su actitud y eso se ve sobre el escenario, una importante inclinación hacia lo momentáneo, una pasión por entregarse y, sobre todo, un especial interés por pasárselo bien tocando. Para el recuerdo quedaron esas versiones de Los Romeos.
En el pasado quedó ese desencuentro con una discográfica que a última hora se echó atrás y decidió no editar su disco, aunque este hecho queda totalmente eclipsado cuando hacen un repaso de las bandas con las que han compartido escenario, entre las que se encuentras nombres de referencia del punk.
Tras la dosis de adrenalina de Arny Division llegó la seriedad, la sobriedad de una joven banda granadina que tiene al garage como su razón de ser. Muy bien plantados sobre el escenario, Sniper Alley recuperan toda la tradición musical de los 70, con referencias tan variadas como el punk, el heavy, el rock y el funk. Si algo se puede destacar de esta banda es la fuerza que desprenden desde el escenario: una batería contundente y acelerada, un potente bajo, y una guitarra afilada y virtuosa hacen de Sniper Alley un grupo a tener muy en cuenta.
Quizá pequen algo de soberbios sobre el escenario, sin concesiones de ningún tipo al público y una frialdad que en ocasiones puede resultar antipática. Sin embargo, la banda superó esos detalles negativos a base de buenos temas, fuerza y referencias ‘zepelinianas’ que se suelen agradecer.
Los granadinos de Sniper Alley, después de tres años juntos como The Grandfuckers , dos ep`s y una larga carrera destructiva llevada a escena en su última gira, han encontrado por fin su camino en el universo. Desde sus desconocidos inicios como banda de rock garagero sucio y descarnado, hasta su actual debut encabezado por un peculiar sonido 70`s presente en todos sus temas , la banda ha viajado por diversos estilos, que finalmente han afilado el poderoso directo de este agresivo powertrio, creado con el objetivo de «salvar el rock», y que lo hagan por muchos años.