Agrupalmería quiere volver a sus orígenes con la reanudación de la actividad en sus instalaciones de toda la vida en La Cañada, donde asegura que ofrecerá «un trato más cercano y familiar».
Después de unas obras de acondicionamiento, para adaptar la nave a las nuevas necesidades de la empresa, hoy se han puesto en servicio los casi 30.000 metros cuadrados de los que dispone Agrupalmería en su sede central entre la nave y el área logística para aparcamiento de camiones y zona de envases.
El espacio está preparado para comercializar un volumen por encima del millón de kilos al día, cifra que se alcanzó en picos de campaña en años anteriores.
Nueva etapa
Agrupalmería inicia esta nueva etapa «con mucha ilusión y con el objetivo puesto en la diversificación tanto de los productos comercializados como de los sistemas de trabajo».
Así, a lo largo de esta semana también abrirán sus puertas las sedes de Vícar y El Solanillo donde se va a implantar un nuevo sistema de trabajo.
También continúa la actividad en Níjar, sede que ha permanecido abierta todo el verano.
Además de tomate, se está comercializando calabacín y pepino, aunque el tomate en general y la variedad RAF en particular siguen siendo la seña de identidad de la casa y desde Agrupalmería se apuesta por mantenerla de cara al futuro.
