Acanto reúne obras de seis artistas contemporáneos para su exposición hasta el...

Acanto reúne obras de seis artistas contemporáneos para su exposición hasta el 6 de agosto

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Obra de Javier Huecas, expuesta en Acanto hasta el 6 de agosto.

La galería de arte contemporáneo Acanto de la capital ha reunido obras de pintura, grabado, gráfica digital y fotografía de seis artistas contemporáneos. Algunos de ellos exponen por primera vez en esta galería, y otros son autores ya clásicos en este espacio. Cada uno tiene un lenguaje visual y artístico muy diferente, pero les une la sinceridad y la autenticidad en su discurso creativo. Lo de “almeriense” es en el más amplio sentido de la palabra; de algún modo cada uno de ellos tiene un vínculo con Almería, sin haber nacido necesariamente aquí. Ellos/as son Laia Arqueros (Almería, 1985), Jordi Garriga (Sabadell, Barcelona, 1962), Violeta Guillén (Almería, 1982), Javier Huecas (Prat del Llobregat, Barcelona, 1958), Karlos Kaplan (Almería, 1980), y Connie Westendorp (La Haya, Holanda, 1951). La muestra se caracteriza por la diversidad de propuestas:

La poética de los grabados de Laia Arqueros, que compone mágicas escenas con reminiscencias mitológicas , que nos conectan con un imaginario estado primigenio en el que el ser humano aparece plenamente integrado en la naturaleza, en comunión con el resto de seres animales, criaturas que nacen de la arrolladora imaginación de la autora, que consigue conmovernos con su animalario en el que conviven fiereza y ternura, y con sus personajes entre la placidez y la inquietud.

La frescura de las acuarelas de Jordi Garriga en las que, con una exquisita sutileza y simplicidad, y un extraordinario dominio de la técnica del agua al servicio de una inusual sensibilidad, hace su propia interpretación del paraíso, trabajo que sirvió como preparación de los murales al fresco que realizó a principios de este año en la antigua ermita de San Gabriel en la pequeña aldea de Rocacrespa, en la comarca del Garraf , provincia de Barcelona.

Los sutiles grabados de Violeta Guillén, que conectan con las incisiones de las primeras escrituras sobre piedra. Sus laberínticas tramas se entrelazan creando una suerte de texturas y emociones que nos transportan a una antigüedad intuida, a la esencia de la materia, al inicio de la civilización, y del propio ser, en ocasiones con lo mínimo y en otras abigarrando las composiciones, generando vibrantes contrastes.

Las pinturas de Javier Huecas que presentamos en esta ocasión rezuman vitalidad; el color se alía con la ensoñación en lúdicas composiciones simbólicas y oníricas por las que observamos a través de la mirilla del alma de este soberbio creador, y vemos por el cristal de sus deseos. Su estado de ánimo lo es todo al pintar. En esta ocasión la explosión vital del autor es un huracán de felicidad; la celebración de la vida, del amor; la primavera en su esencia; el brote, la luz, la tierra; el ser enraizado en su tierra; la intemporalidad de la existencia; la higuera, todo un símbolo de lo que nos precede.

Las composiciones digitales de Karlos Kaplan nos sitúan al borde de la melancolía en ocasiones y en otras nos sacuden enérgicamente por su fuerza. La extrañeza está siempre presente, tanto en sus obras abstractas como en las figurativas. Mundos inquietantes, ensoñados, a veces borrosos, tamizados por la sensible mirada del autor; un creador de imágenes enigmáticas que nos hacen cuestionar la naturaleza de lo observado; una invitación a traspasar el plano de las meras apariencias para sumergirnos en la dimensión espiritual de los espacios.

Connie Westendorp nos presenta la colección de pinturas que integran su proyecto “Sólo azul y un velero”, título del poema que escribe ella misma, como punto de partida y motivación de este profundo proyecto artístico. En él la autora se embarca en la búsqueda de la esencia, de una esencia que ella encontró desde su ventana frente al mar, y que mediante su poema y sus pinturas logra transmitirnos. Con una espiritualidad oriental, desnuda, casi zen, diría yo, Connie aúna la esencia de su emoción con la esencia de la pintura, para ofrecernos un extraordinario ejercicio de abstracción poética .

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