Dice el refrán que «quien tuvo, retuvo». No es el caso de Sabina, un cantante que parece estar en plena forma las varias décadas que lleva subido a los escenarios llenando aforos y presentando nuevos discos. No es fácil. Quizá su mérito se pueda contar con los dedos de una mano en el panorama musical español. Este fin de semana ha vuestro a demostrar en Almería que es un cantante incombustible, congregando en el Palacio de los Juegos Mediterráneos de la capital a 4.500 seguidores entregados.
Sabina se mostró muy contento de regresar a Almería a dar un concierto: “Prefiero el Mediterráneo al Cantábrico y al Océano Atlántico”. Comenzó su gran concierto con Tiramisú de limón, el single de su nuevo disco. Aparece en el escenario de negro con su tradicional bombín. El público está encantado de ver a ese artista, de figura quijotesca, sobre el escenario, rodeado de sus grandes músicos y de Mara Barros, la nueva voz que le hace los coros.
Sabina empezó a desgranar sus éxitos, contando historias llenas de melancolía, amor y desamor; mientras, los aplausos no dejan de premiar su talento. Luego continuó el concierto con Viudita de Clicquot, tema de su último álbum musical Vinagre y rosas, y darle forma a Con ganas de… y Aves de paso. Con un escenario que simulaba una ciudad, Sabina fue recitando a lo largo de la noche y en otras ocasiones fue muy claro. “La crisis económica es mala, pero la crisis personal es mucho peor”.
También contó cómo había nacido su último disco tras una noche de vinos con el poeta Benjamín Prado. “Al final, sin saberlo acabamos en Praga. Él lo estaba pasando mal porque lo había dejado su novia, yo lo estaba pasando mal porque mi novia no me dejaba tener más novias”, dijo. Medias negras, Ave de paso, Peor para el Sol. Clásicos como Boulevard de los sueños rotos y Llueve sobre mojado, fueron otros de los temas del repertorio con el que Sabina supo conquistar al público almeriense. Antes de terminar este último tema presentó a los músicos que lo acompañan.
Después abandonó el escenario, tiempo en el que los músicos no dejaron caer los ánimos al interpretar Conductores suicidas y Como un dolor de muelas. A estos temas le siguieron, pero ya con el intérprete de regreso, las canciones Y sin embargo, Cristales de bohemia, Magdalena y Peces de ciudad. Sabina elogió la figura de Nativel Preciado, periodista que pasa largas temporadas en la costa de Almería. También lanzó la idea de hacer un trío musical cantando con David Bisbal y Manolo Escobar.
En su concierto de dos horas y media, el cantautor también complació a sus fans con los clásicos 19 días y 500 noches y Princesa; en tanto, el público agradeció este momento y expresó su admiración con largas ovaciones. Posteriormente, Joaquín volvió a salir del escenario, y lo hizo con Vinagre y rosas, además de Noches de boda y Nos dieron las diez
A su regreso, y para concluir la velada, ofreció Contigo, La del pirata cojo y Pastillas para no soñar. El público se puso de pie para despedir al compositor y a su grupo.
