Ochocientas personas se dieron cita este viernes en la explanada del Puerto de Almería para pedir la finalización de las obras del AVE, una infraestructura que entre los proyectos iniciales del Euromed, y el actual AVE, acumula ya un retraso de un cuarto de siglo.
Muchos días de viento han pasado en Almería desde aquellos años en los que se empezó a hablar de la Alta Velocidad en Almería. Concretamente un cuarto de siglo desde que la Junta de Andalucía dirigida por el ex presidente Manuel Chaves presentase en Almería aquel estudio de la alta velocidad por el Levante para la provincia de Almería. Entoces se hablaba de Euromed, y se trataba de conectar la provincia al corredor mediterráneo ferroviario a través de la alta velocidad. Un estudio más político que técnico, es verdad, porque la Junta de Andalucía no era la competente para hacer dicho estudio, ya que tampoco contaba con la competencia para llevar a cabo dicha infraestructura. Sólo pretendía meter presión al entonces gobierno de la Nación, entonces presidido por José María Aznar del PP, desde la administración autonómica.
Curiosamente la administración que presidía el socialista Manuel Chaves no había aún inaugurado la A92, cuya apertura estaba prevista para el año 1992, y que a día de hoy, veinte años después de su finalización, sigue acabando en una rotonda en Viator sin llegar a la capital. Otro mojón heredado del pasado.
Pero volvamos al AVE. O mejor, el Euromed. Pasarían aún años hablándose de este tren antes de cambiar de vía y convertirse en AVE. Tras la inauguración de la A92 con una década de retraso Almería afrontaba los Juegos Mediterráneos del año 2005. Aquel evento que prometía la culminación de todas las infraestructuras que mantenían a la provincia en un subdesarrollo ancentras en materia de comunicaciones. Con un gobierno del PP en esta legislatura con mayoría absoluta, el entonces ministro de Economía, Rodrigo Rato, prometió que el Euromed estaría en Almería para los Juegos Mediterráneos. Otro brindis al sol como el de Chaves. Sólo que aquí no hubo un dineral gastado en un estudio inútil. Pero sí una promesa vacía, pues el entonces ministro sabía perfectamente que estaba vendiendo humo.
Curioso también el destino de los dos personajes: Chaves y Rato. Dos personajes cuyo destino ha ido paralelo al de sus promesas.
Después vino la crisis tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y las administraciones pasaron de financiar obras absurdas como los centros de interpretación del Almanzora mientras el Geoda de Pulpí dormía el sueño eterno en una mina abandonada del Pilar de Jaravía, a no hacer otra cosa que mantener la grasa de abultadas nóminas institucionales, y regar a manta con el poco dinero que quedaba con actividades como cursos de formación de escasa rentabilidad social.
Y así se nos ha ido otra década. Años en los que Almería sigue anclada con sus proyectos pendientes: Puerto Ciudad, Soterramiento, Cable Inglés, Plaza Vieja, parque de la EEZA, Cerro de San Cristóbal, conexión con la A92, y una retahíla de obras en las que, como sucede con las obras del PER, se mete un poco de dinero cuando llegan elecciones para que parezca que el barco sale de puerto, pero cuyo trayecto es más bien corto. Obras que, como el AVE, se viene hablando de ellas hace un cuarto de siglo.
Del tren de la bahía, o del tranvía a la Universidad, el Cercanías con el Poniente, con el Bajo Andarax, no vamos a hablar en este artículo. Ocurrencias con tan poco respaldo técnico que no han llegado ni siquiera a plantearse en serio.
Así hemos llegado hasta los tiempos actuales. Almería entró en los planes de la Comisión Europea de formar parte de uno de los corredores ferroviarios continentales de alta velocidad, y sus obras llevan años activándose y reactivándose de forma intermitente, y no acometiéndose de forma integral en todo su trazado y de forma simultánea como demanda una infraestructura compleja y titánica como ésta. Y la paciencia se agota, hasta para la tranquila gente de Almería, que ve pasar no ya los años, sino las décadas, mientras otros territorios reciben generosísimas inversiones aumentando la brecha de desarrollo, oportunidades de futuro, e igualdad de oportunidades entre regiones en esta asimétrica España que vamos deformando con el paso de los años.
En una gala dirigida por los periodistas Mar Villalobos, Cristóbal Cervantes y David Baños, el pasado viernes 800 personas de la sociedad civil de Almería dijeron basta, y se reunieron en el Puerto de la ciudad en un acto apolítico y civil pidiendo la finalización de las obras cuya última promesa de finalización va por 2026. Esperemos que los intereses políticos no estén, una vez más, por encima del territorio al que dicen representar nuestros diputados y senadores.
Empresas colaboradoras con Objetivo AVE Almería.
De #ObjetivoAlmeríaAVE forman parte un importante número de empresas de la provincia de diversos sectores productivos, desde la agricultura, la industria auxiliar, el mármol, el transporte, la publicidad, la construcción, la promoción inmobiliaria, el turismo, la logística, los servicios, el comercio, la obra pública o la sanidad, que se han sumado como patrocinadoras a este reto común de empujar para que Almería quede conectada por AVE y disponga, en igualdad de condiciones con otras provincias de nuestro entorno, de esta moderna infraestructura de comunicación.
#ObjetivoAlmeríaAVE cuenta también con el respaldo expreso de asociaciones y organizaciones empresariales, instituciones académicas y colectivos profesionales tales como la Cámara de Comercio de Almería, Asempal, Universidad de Almería, Asociación de Empresarios del Mármol, Fundación Tecnova, Coexphal, Hortyfruta, Ashal, AJE Almería o la Asociación de la Prensa, así como medios de comunicación locales y regionales.
Se trata de una iniciativa que nace con el único fin de contribuir al impulso definitivo de las obras del AVE desde Murcia para que éste llegue en plazo a Almería y lo hace con la firme convicción y propósito de ser y querer ser un movimiento apolítico que no es contra ni frente a nadie.
