Cuatro artistas alemanes exponen para los niños refugiados birmanos en Mojacar

Cuatro artistas alemanes exponen para los niños refugiados birmanos en Mojacar

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Cuatro diferentes artistas de Alemania, exponen juntos en una exposición colectiva de pintura y escultura que tendrá lugar, del 4 hasta el 29 de mayo, en el Centro de Arte de la Cuesta del Castillo de Mojacar. La exposición se realiza a beneficio de niños refugiados.

Tres de ellos, las pintoras, son mujeres que se encuentran unidas en un gremio de artistas que se denomina Artemisia. Sus nombres son: Marlis Bergemann, Gisela Fliege y Bettina Kotyga. El cuarto artista es Hans Bömer, un escultor que esculpe en madera.

Todos ellos, donarán los beneficios, que esperamos se obtengan, por la venta de sus obras,  a una organización no gubernamental  llamada “Probono – Ayuda a niños en penuria”, situada en Berlín (Alemania) que desde el 2001 socorre y asiste a niños refugiados birmanos, en el norte de Tailandia, a lo largo de la frontera con Birmania (Myanmar), proveyéndoles de asistencia básica en educación, comida, y auxilio médico elemental.

En el año 2003 se formó en Hagen (Alemania) un grupo de artistas, teniendo claro desde el principio, que el trabajo en común no debería servir para mejorar la comercialización de sus obras, sino más bien para buscar apoyos a la evolución creativa y también para aprovechar las sinergias, fomentando acciones artísticas tanto individuales como colectivas.

Dado a que se trata de un grupo de mujeres, para la elección de su nombre, ¿cual se iba a prestar mejor, que el nombre de ARTEMISIA? en honor a Artemisia Gentiles Chi (Roma, 1593 – Nápoles, 1652), la primera pintora que alcanzó la fama como artista y cuyos cuadros se encuentran hoy en los museos más importantes por todo el mundo. La hija del también pintor Orazio Genzlieschi, ya en el siglo XVII, obedeciendo a su pasión, su destino y sobre todo su talento, sintió la necesidad de pintar lo que veía, sentía y quería decir.

Es el mismo credo que comparte cada miembro del grupo. Aún siendo tan diferentes las formas de expresión, técnicas y temperamento de cada artista, al igual que los resultados artísticos plasmados en sus respectivos cuadros. A ello se debe la singularidad de las obras, las cuales transmiten instantes de conocimiento y comprensión.


Bettina Kotyga
El placer de la naturaleza muerta

Sus oleos y pinturas acrílicas muestran lo supuestamente normal de la vida cotidiana, reproducido bien con una figuración precisa o ilustrado de forma abstracta. En su obra resalta la claridad de formas y contornos al igual que sorprenden sus experimentos en la alineación de objetos comunes, acompañados de una luminosidad y unos colores expresivos.
Sus composiciones desde perspectivas inusuales dan forma a unos cuadros, que reflejan de forma concisa la forma muy personal en la que la artista siente el silencio y el placer.

Gisela FliegeAromas desconocidos pintan colores

Pintar significa muchas cosas para ella: aventura, ganas de vivir, ansiedad, ocupar espacio, buscar colores y formas y contraponerlos, encontrar la expresión propia. Las emociones se convierten en colores y contrastes, difuminados o claros, jugando un juego muy particular sobre el lienzo.
Sus trabajos documentan el proceso de elaboración: un experimento sensual con el material que durante su evolución lleva a composiciones espontáneas y rítmicas. La dinamiza y el movimiento de sus pinceladas queda siempre reconocible. El efecto se muestra en un resultado desconcertante: Creaciones abstractas, insólitamente libres.

Marlis BegremannVida coloreada

Experiencias – traducidas en colores – cobran forma y aspecto. Mis series pictóricas, aunque acaben llevando mi sello personal, no son lineares. Cada cuadro por separado lleva grabado un momentáneo estado de ánimo personal.
Aparte de reflejar figuraciones, paisajes y escenas instantáneas mis obras actuales son creaciones naturalistas compuestas por materiales reciclados, oro batido, pigmentos, oleos y pinturas acrílicas. El tema “naturaleza” es proyectado de manera no solo decorativa sino sobre todo sorpresiva. Y es que únicamente en la transformación residen tanto la posibilidad de comenzar algo nuevo como el requerimiento de mantener lo acreditado.

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