La provincia de Almería ha alcanzado durante los primeros siete meses de este año 2019 un 96% en la aceptación a donar órganos, lo que la sitúa como la tercera provincia andaluza en aceptación familiar a la donación. Una cifra que supone un ligero incremento sobre las cifras alcanzadas el pasado año 2018 tanto a nivel provincial, como en la comunidad andaluza y en cuanto a la media nacional. El año pasado, durante el mismo periodo, Andalucía y España alcanzaron una tasa del 86,3% y el 85,2% respectivamente. Gracias a esta evolución positiva, hasta el 31 de julio de este año, se han registrado un total de 23 donantes de órganos en la provincia de Almería, 17 en el Hospital Universitario Torrecárdenas y 6 en el Hospital de Poniente, que han facilitado que se hayan realizado 22 trasplantes de riñón, 9 trasplantes de hígado, 1 trasplante de corazón (que fue un código cero en Barcelona) y dos trasplantes de pulmón de los cuales uno también fue un código cero en la Comunidad de Madrid.
Igualmente, durante este periodo, se han extraído 20 corneas (12 en el Hospital Universitario Torrecárdenas y 8 en el Hospital de Poniente), permitiendo de forma importante disminuir la listas de espera en cuanto a este tipo de trasplantes. En la provincia almeriense se han extraído igualmente tejidos en cinco donantes de tejido óseo osteotendinoso lo que permite al Servicio de Traumatología el implante de muchos de estos tejidos.
El coordinador de trasplantes en la provincia, Francisco Guerrero, ha querido destacar que “hay que recordar también que el Hospital Universitario Torrecárdenas, el de referencia de la provincia, está acreditado para el trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos, es decir, del trasplante de médula ósea” y ha vuelto a mostrar su agradecimiento “a las familias de nuestros donantes que tras vivir unos duros momentos ante la pérdida de un ser querido, han mostrado su solidaridad con la donación”.
El delegado territorial de Salud y Familias, Juan de la Cruz Belmonte Mena, quiere agradecer especialmente su colaboración “a las familias de los donantes, que son quienes dan su consentimiento para realizar la extracción de órganos y lo hacen además cuando están atravesando un momento tan duro como es el fallecimiento de un ser querido”.
La generosidad de estas familias es la que permite salvar la vida a otras personas que no hubieran podido sobrevivir sin un trasplante, o bien permite a otras mejorar sustancialmente su calidad de vida, por ejemplo en el caso de los trasplantados de riñón, que pueden dejar de someterse a diálisis varios días a la semana.
Por ello, recuerda que “la donación de órganos debe ser vista como una responsabilidad social, como un acto de solidaridad, que a todos ha de comprometer porque, en cualquier momento, todos podemos necesitar también un trasplante”.