El GEM denuncia problemas de nidificación en la Balsa del Sapo

El GEM denuncia problemas de nidificación en la Balsa del Sapo

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El Grupo Ecologista Mediterráneo ha denunciado los problemas de nidificación de aves en la Balsa del Sapo, o Cañada de la Norias, como consecuencia de la variación de niveles de agua, pese a que este lugar está incluido en el Inventario Andaluz de Humedales, por lo que cabría suponer que se han tomado algún tipo de medidas para conservar los valores que llevaron al espacio a su inclusión en dicho inventario.

Sin embargo, «apenas si se ha hecho nada cuando, todo lo contrario, lo que reina en el preciado enclave es el caos, la contaminación y el empobrecimiento ecológico. Aparte de la suciedad, sobre todo por plásticos (envases, restos de cubiertas de invernaderos o embalajes) y residuos orgánicos procedentes en su mayor parte de las explotaciones agrarias de la zona que nadie se ocupa en limpiar, resulta fundamental el control de los niveles del agua», denuncia el GEM.

La organización ecologista considera ese control «vital», especialmente en las épocas de reproducción, ya que hay muchas especies de aves que se encuentran en el espacio haciendo sus nidos a nivel del agua, de modo que cualquier bajada y, sobre todo, subida de las cotas puede malograr la nidificación y provocar la mortandad de las crías.

Esta situación viene repitiéndose en los últimos años, sin que la Comunidad de Regantes ni, especialmente por su responsabilidad, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, encargadas de su gestión, hagan nada por evitarlo, explica el GEM.

«Este año hemos podido observar cómo nidos de avocetas y cigüeñuelas, muy visibles y que indican lo que puede estar sucediendo a escala general incluidas especies más escondidizas, han sido cubiertos por el agua como consecuencia de la subida de niveles de las últimas semanas, echando a perder las puestas».

El problema sería fácilmente evitable, asegura el GEM, ya que las cotas de las lagunas aquí no dependen de causas naturales, sino de los bombeos que se hacen para controlar los niveles de agua en la Balsa. «Pero ese control, más que control, parece todo lo contrario: puro caos y descontrol puesto que, de forma arbitraria, vemos cómo sube o baja la lámina de agua en muy pocos días en función del bombeo realizado».

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