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Descubren que la necrópolis de El Barranquete prolongó su uso mil años más de lo que se pensaba

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necropolis el barranquete_optInvestigadores de la Universidad de Granada han descubierto que la necrópolis megalítica de El Barranquete de la localidad almeriense de Níjar prolongó su uso funerario durante toda la Edad del Bronce, mil años más de lo que se pensaba, y que pese a la cercanía del mar no se alimentaban de recursos marinos.

El Barranquete es una necrópolis megalítica almeriense, clásica en el estudio de las sociedades de la cultura de Los Millares formada por al menos 17 sepulturas tipo Tholos, lugares de enterramiento colectivo que fueron excavados entre 1968 y 1971.

Tras aquellos trabajos de campo, el grupo de investigación “GEA. Cultura material e identidad social en la Prehistoria Reciente en el sur de la Península Ibérica” del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada ha aplicado metodologías de alta resolución para revisar la necrópolis.

Uno de los investigadores, Gonzalo Aranda, explica que esta revisión se ha centrado en caracterizar a las poblaciones enterradas a partir de su estudio antropológico y bioquímico y en el análisis de la cronología y temporalidad de este fenómeno cultural con la datación radiocarbónica de sus prácticas funerarias.

El estudio antropológico de los restos, que aparecen entremezclados formando osarios, ha demostrado que accedían al ritual funerario individuos de ambos sexos y de todas las edades, con poca presencia de niños pese a las altas tasas de mortalidad.

“Además el estudio antropológico ha demostrado que estas poblaciones sufrieron enfermedades degenerativas como por ejemplo la artrosis”, señala Aranda.

El análisis de la dieta a través de los isótopos contenidos en los restos óseos ha demostrado que pese a un cercano Mediterráneo, la alimentación de estas poblaciones se basaba casi de forma exclusiva en proteínas animales, carnes y derivados, y en vegetales, especialmente trigo y cebada, pero no de pescado.

La segunda línea de investigación ha utilizada la datación radiocarbónica para analizar la edad de muerte de 44 individuos y ha permitido descubrir que la necrópolis tuvo uso funerario durante las edades del Cobre y Bronce, unos 2.000 años, mil más de lo creído.

El estudio ha recalcado que el uso de grandes construcciones funerarias megalíticas muestra, por primera vez, el deseo de las sociedades humanas de transcender su presente creando un paisaje sagrado basado en la memoria colectiva y el culto a los ancestros.

El equipo de investigadores de la Universidad de Granada apunta además que, pese a que en la Edad del Bronce se impuso un nuevo ritual funerario con tumbas individuales no supuso la ruptura social que se creía porque la reutilización de monumentos funerarios antiguos continuó durante varios cientos de años.

Estas investigaciones permiten afirmar que la construcción de paisajes megalíticos es probablemente uno de los más duraderos y poderosos legados de las sociedades del pasado y que durante milenios estos monumentos eran escenario para la interacción social y el encuentro con los poderes sobrenaturales.

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