El delegado territorial de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, Alfredo Valdivia, ha presentado esta mañana en el Archivo Histórico Provincial de Almería el denominado “Documento del mes”. En esta ocasión se expone un libro registro de entrada de licencias de alijo de cabotaje de 1863, que deja reflejado la clase de barco que traía los productos a Almería, el nombre de dicho barco y de su capitán, la procedencia, el consignatario y la mercancía que llegaba.
Se ha seleccionado de entre toda la documentación que se ha conservado de la Administración de la Aduana almeriense, que custodia el Archivo y que constituye 1.086 unidades de instalación entre libros y legajos que van de 1778 a 1864.
Valdivia ha señalado que consultando los asientos que hacían en la Aduana de Almería y que se conservan en el Archivo, se puede ver cómo una amplia variedad de productos de consumo llegaban en barcos desde Cataluña para suministrar a los comerciantes almerienses, destacando entre ellos los géneros textiles privilegiados por barreras proteccionistas.
Las relaciones comerciales de Cataluña con Almería fueron muy intensas en el siglo XIX y cuando faltan días para las elecciones catalanas, el Archivo Histórico Provincial de Almería quiere mostrar con documentos como fueron estas relaciones comerciales a mediados de ese siglo.
Para el delegado se trata de “una documentación importantísima para conocer qué productos consumía la sociedad almeriense del siglo XIX, de dónde venían o quiénes eran los comerciantes, entre otros datos”.
Valdivia ha estado acompañado por la directora del Archivo, María Luisa Andrés y por el profesor de Historia Económica de la Universidad de Almería. Andrés Sánchez Picón, que ha informado que durante la primera mitad del siglo XIX se intensificaron las relaciones económicas entre la capital económica de Cataluña, la plaza de Barcelona y el pujante puerto de Almería. “Las relaciones comerciales entre las dos ciudades, fueron constantes a lo largo del siglo XIX y Barcelona pugnaría con Málaga, dentro de un activo eje económico a lo largo del litoral mediterráneo, como destino y origen de los intercambios del puerto almeriense”
“Si en torno al año 1800 el número de barcos llegados hasta la rada de Almería procedentes de Cataluña ascendía a unos 10, cuarenta años más tarde, hacia 1840, se situaba en torno a unos 40 barcos cada año”, señala Sánchez Picón, que ha añadido que “los productos agrarios con el vino y el aguardiente a la cabeza, irían dejando paso a los tejidos a lo largo de aquellas décadas, fruto de la pujante industria textil catalana que protagonizó la revolución industrial en nuestro país en aquellas fechas “.
