Trabajar cerca de una zona plagada de procesionaria tiene sus consecuencias. Bien lo saben cerca de una decena de trabajadores del INFOCA, que se han visto afectados por los pelos urticantes de esta oruga, mientras realizaban tareas de limpieza de monte en una zona de la Sierra de Los Filabres.
Ocho integrantes de esta brigada han tenido que recibir atención médica debido a las rojeces en la piel y los problemas respiratorios que les ha provocado el contacto con los nidos de esta oruga.
Uno de ellos, que no ha querido desvelar su identidad por temor a represalias, ha declarado que trabajan en una zona muy afectada por la plaga de procesionaria, y lo hacen «obligados».
Se queja de que los responsables de la Consejería de Medio Ambiente no tengan en cuenta esta circunstancia y tomen la decisión de trasladar los trabajos de limpieza de monte a otro entorno de la Sierra de Los Filabres menos afectado por las orugas, y dejar en la que actualmente están trabajando hasta que mengue la presencia de la procesionaria.
El contacto con estos insectos se produce durante los trabajos de limpieza de monte, bien por el contacto con los nidos o incluso por el mismo movimiento que estos trabajos provocan en los pinos, que provocan que estas orugas liberen sus pelos urticantes.
Mengüe.