La Junta de Andalucía continúa el programa el ‘documento del mes’ en el Archivo Histórico con la exposición del expediente del proyecto de obra del Parador de Mojácar cuando se cumplen cincuenta años de la apertura de este establecimiento turístico en 1966. Entre el material que se muestra hasta finales de marzo en el Archivo, se encuentran un telegrama y una carta del entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, y un Decreto del Ministerio de Hacienda sobre la adquisición de los terrenos para la construcción del Parador.
En el telegrama enviado por Fraga en diciembre de 1963, el ministro agradece al delegado provincial de Información y Turismo su información sobre la adquisición de los terrenos destinados al Parador e insiste en el papel que tendrá en la ‘futura promoción turística de Almería’.
El Decreto de 12/12/1963 autoriza al ministro de Hacienda a prescindir del trámite de concurso en la adquisición de un terreno en Mojácar para la construcción del parador de turismo.
El tercer documento expuesto es un escrito que Manuel Fraga dirige al delegado provincial de Información y Turismo, Rafael Martínez de los Reyes, fechado en Madrid el 24 de abril de 1964, en el que se refiere ‘con satisfacción’ a la subasta convocada para la construcción del Parador de Mojácar, ‘en lo que estimo se inicie un periodo de desarrollo turístico de esa provincia almeriense’, afirma el ministro en la carta.
En la presentación de la exposición, el delegado territorial de Cultura, Turismo y Deporte, Alfredo Valdivia, ha destacado el valor de estos documentos ‘para conocer la historia del desarrollo del turismo en Almería, un sector fundamental para la economía andaluza’. Por su parte, Luis Fernández, un empresario turístico que vivió los años de gestación de este proyecto, se ha referido al impacto que tuvo el Parador de Mojácar en el despegue del turismo de sol y playa en la provincia, mientras que su directora actual, Tana Blázquez, ha explicado la adaptación del establecimiento a las nuevas tendencias turísticas.
En la Almería de los años sesenta, – una provincia poco poblada, que sufría las consecuencias de un secular aislamiento, sin apenas industria y con elevados índices de pobreza- la agricultura intensiva bajo plástico, que comenzaba a experimentarse entonces, y el turismo, se presentaban como soluciones para impulsar el desarrollo socioeconómico de la zona.
Selección de la ubicación
Además de fomentar la iniciativa privada en la construcción de establecimientos hoteleros, el Estado desarrolló un red de Paradores Nacionales de Turismo ubicados en lugares con especial valor histórico-artístico o en aquellos en los que consideraba que su apertura tendría un efector multiplicador para el crecimiento del turismo en zonas hasta entonces poco desarrolladas. Este fue el caso de Almería. Junto con la proliferación de alojamientos turísticos y la mejora de infraestructuras y comunicaciones – son los años de construcción del aeropuerto que fue inaugurado en 1968 – se consideraba imprescindible que el Estado incluyera a Almería en su plan de instalaciones turísticas.
En este contexto, se formalizó la petición al Ministerio de Información y Turismo. Tras descartar la ubicación del Parador en la Alcazaba de Almería, en Venta Eritaña o en Cabo de Gata, se optó por la propuesta de los alcaldes de Vera, Garrucha, Mojácar y Garrucha de situarlo en el paraje Piedra de Villazar, en el municipio de Mojácar. Los terrenos se adquirieron en diciembre de 1963 con un coste de 1.482.850 pesetas (8.932 euros). El nuevo parador fue incluido en la programación del Ministerio de 1964-1965 junto a los de la Dehesa del Saler (Valencia), Arcos de la Frontera (Cádiz), Ávila y Verón (Orense).
La obras se adjudicaron en 1964 por 24.716.368 pesetas (148.893 euros) a la empresa Albert Vandenbergue con la dirección del arquitecto Luis Lanzano. El 8 de marzo de 1966 fue inaugurado el Parador de Turismo de Mojácar. Algunos de sus primeros clientes fueron altos mandos militares desplazados hasta la comarca tras el accidente aéreo nuclear de Palomares.
