Buena salud la del sector hortícola almeriense, según los datos ofrecidos en la presentación del Análisis de la campaña hortofrutícola de Almería 2014/2015 realizado por Cajamar. Más produción y mejores precios son las principales conclusiones que se extraen de este documento.
Los cultivos hortofrutícolas de la provincia de Almería han vuelto a superar todos sus registros históricos, incluso el de valor. Las hectáreas en producción aumentaron un 1,9 %, las toneladas producidas lo hicieron en un 1,2 % y el valor de la producción comercializada en un más que destacable 14,1 %. De esta forma nos encontramos ante una campaña positiva, tanto desde el punto de vista del corto plazo como desde la perspectiva de largo alcance.
En lo que se refiere a la superficie invernada, esta ha seguido creciendo en la última campaña, alcanzando las 29.597 ha, lo que ha supuesto un incremento del área cubierta del 1,9 %. Este crecimiento en la superficie protegida se ha trasladado a la superficie efectiva (aquella en la que se consideran los diferentes ciclos de explotación) con menor intensidad, aunque como ya hemos comentado marcando también un nuevo máximo de la serie histórica. Así, se cultivaron en la provincia 53.720 ha, un 0,5 % más que en la campaña anterior.
El crecimiento de la superficie ha traído de la mano un incremento de la producción, que alcanzó para el conjunto de las frutas y hortalizas un volumen de 3.227.923 toneladas, de las que casi 3,2 millones se corresponden con los principales productos del campo almeriense. La tasa de variación anual de la cifra global fue de un 1,2 %, lo que implica que los rendimientos generales aumentaran ligeramente durante la campaña. Por productos, berenjena, melón y sandía fueron los que obtuvieron avances más llamativos. En el caso de la primera, dicho crecimiento fue muy significativo, ya que el tonelaje producido se elevó un 25,4 %. En el lado opuesto se situaron el tomate (-6,5 %), la judía verde (-3,4 %) y el pimiento (-3,1 %). Observando la tendencia de los últimos 10 años, berenjena y sandía son los dos cultivos que más han crecido en producción, en el segundo caso de forma casi continua y en el primero con un importante bache en las dos campañas precedentes, que ha sido corregido y superado en la que estamos analizando. Por el contrario, el fruto que peor evolución ha seguido en el decenio ha sido el melón, cuya producción ha caído en el conjunto del período un 41 %.
El valor de la producción también ha marcado un nuevo máximo, con un avance muy significativo en relación a las tasas mostradas por el resto de las variables. Los agricultores almerienses vieron sus cosechas alcanzar la cifra de 1.774,29 millones de euros, un 14,1 % más que en la campaña precedente. Obviamente, este incremento del valor está directamente relacionado con el aumento de las producciones pero, sobre todo, con la mejora de las cotizaciones. Los aumentos en valor han tenido lugar en gran parte de los productos y en casi todos han estado en cifras de dos dígitos. Las únicas excepciones las han constituido el pepino, el pimiento y el tomate.
Los directivos de Cajamar han destacado también algunas cuestiones concretas, como el avance del proceso de concentración de la oferta local, el impacto del veto ruso, el peso de las exportaciones sobre el total comercializado y, sobre todo, la incertidumbre respecto a la disponibilidad de agua, que sigue siendo una cuestión preocupante para todos los agentes del sector más de medio siglo después de la construcción del primer invernadero.
Jorge Jordana confía en la competitividad del sector agroalimentario
Tras la exposición de las grandes cifras, Cajamar ha aprovechado esta cita con el sector hortícola almeriense para presentar el volumen 28 de su colección de estudios Mediterráneo Económico, que lleva por título ‘El sector agro-mar-alimentario español. Una visión de futuro’, y que ha sido coordinado por Jorge Jordana, doctor ingeniero agrónomo, ex director general de la Federación Española de la Industria de la Alimentación y Bebidas (FIAB) y profesor de la Universidad Antonio de Nebrija-Fundación LAFER.
En este nuevo volumen de Mediterráneo Económico, el equipo de más de treinta investigadores y profesionales que han trabajado con el profesor Jordana han realizado una radiografía panorámica y una puesta al día rigurosa de la situación actual del sector en nuestro país, que se ofrece al lector en cuatro grandes bloques temáticos: el marco operativo de la agricultura española; los factores de análisis transversal; las perspectivas sectoriales y la investigación y la innovación en el sector.
El profesor Jordana destaca la potencia del sector agro-mar-alimentario español, que cuenta con expectativas claras de crecimiento, que podrán alcanzarse e incluso superarse si se trabaja en eliminar los obstáculos que se le oponen. Algunos, como las malas políticas económicas comunitarias o la escasez de agua, requieren el esfuerzo de todos. Otros, como los inconvenientes derivados de una estructura atomizada o la formación empresarial profesional, dependen sobre todos de los titulares del sector. Una visión con luces y sombras, que no debe preocuparnos en exceso porque, en opinión de Jordana, las dificultades del futuro no serán mayores que los problemas que este sector superó en el pasado (reforma política, crisis económica de 1978, crisis del síndrome tóxico, ingreso en el Mercado Común, crisis de 1993, globalización de los mercados, crisis de 2008…), y todos ellos se superaron con éxito.
Jorge Jordana inició su carrera profesional como ingeniero del Estado en el Ministerio de Agricultura. En 1977 fue uno de los fundadores de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), donde fue secretario general hasta 2010 y donde continúa actualmente como consejero de Presidencia. Dirige el máster en Gestión de Empresas Agroalimentarias (Universidad Antonio de Nebrija-Fundación LAFER), es creador y miembro del Consejo Rector del Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA), del Centro Técnico Nacional de Conservación de Productos de la Pesca (CECOPESCA) y del Centro de Nuevas Tecnologías y Procesos Alimentarios (CENTA), y patrono del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados Alimentarios (IMDEA). Además ha participado, entre otros, en la creación de la licenciatura universitaria en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, de las organizaciones interprofesionales agroalimentarias, los centros tecnológicos sectoriales de ámbito nacional, los Centros de Competencia Científica en Red, la Red de Alerta Alimentaria y la propia Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).