Un trabajo sobre la necrópolis de Boliche, que se ubicaba en el Levante de la provincia, obtuvo el premio Luis Siret de Prehistoria y Arqueología de la Península Ibérica. Su autor es el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Alicante, Alberto Lorrio, que recogerá el galardón el próximo jueves, a las 19,30 horas, en un acto que se desarrollará en el Instituto de Estudios Almerienses. Más sobre Loma de Boliche en Nova Ciencia.
En su investigación, Lorrio le da continuidad a los trabajos realizados por el propio Luis Siret en este yacimiento arqueológico localizado en Cuevas del Almanzora.
Lorrio y su grupo de colaboradores han firmado una investigación en la que ponen de relieve las principales características de la población enterrada en la Loma de Boliche, una necrópolis ubicada cerca de la desembocadura del río Almanzora y que hoy se da por desaparecida, debido a la explotación minera que se ha llevado a cabo en la zona hasta hace relativamente pocos años.
Si la necrópolis de la Loma de Boliche se conoce es gracias a los trabajos de campo realizados por Luis Siret y su equipo en el a principios del siglo XX y que se custodian en el Museo Arqueológico Nacional. Estas mismas piezas y los datos recogidos por el arqueólogo belga en los trabajos que realizó en la zona en 1907 han servido para profundizar mucho más en el conocimiento que se tiene de esta población, que vivió en una etapa de transición entre la Edad del Bronce y la del Hierro.
“Hemos estudiado los restos recogidos por Luis Siret con técnicas del siglo XXI”, explica Alberto Lorrio, que reconoce el trabajo realizado por el geólogo belga que vino a Almería atraído por los trabajos mineros que se realizaban en la zona, y donde realizó una importante labor arqueológica. Su trabajo fue tan importante que está considerado como uno de los padres de la arqueología moderna.
El estudio de las piezas depositadas en el Museo Arqueológico Nacional ha revelado nuevos datos sobre esta población que vivió entre los siglos VIII y VI antes de nuestra era. Los habitantes enterrados en la Loma de Boliche vivieron en un periodo de transición entre la Edad del Bronce y la Edad del Hierro, según ha podido saber el equipo liderado por Alberto Lorrio. En los enterramientos han aparecido algunos objetos de hierro, lo que pone de manifiesto la pervivencia de los dos metales, así como restos que muestran de forma inequívoca ciertos intercambios con los fenicios, como son elementos de barro pintados de rojo o restos de huevos de avestruz, que se introducían junto a las cenizas de los fallecidos a modo de ajuar funerario.