Los propietarios del Cortijo del Fraile lo ceden a la Junta

Los propietarios del Cortijo del Fraile lo ceden a la Junta

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El Cortijo del Fraile pasa a manos de la Junta de Andalucía, después de que sus propietarios decidieran cederlo de forma gratuita y durante cincuenta años a la Consejería de Cultura, para su rehabilitación y puesta en valor. Esta decisión pone punto y final a uno de los culebrones que más cola han tenido en Almería, aunque llega tarde, a juzgar por el estado de conservación de este monumento.

Como se suele decir, se ha salvado por la campana. El estado de conservación del Cortijo del Fraile es ruinoso y puede temerse que se venga abajo en cualquier momento. De ahí la importancia de la decisión tomada por Agrícola la Menor, propietaria del inmueble declarado como Sitio Histórico.

La Delegación de Educación, Cultura y Deporte recibió el pasado lunes una carta en la que los propietarios del inmueble comunicaban su decisión de cederlo a la Administración andaluza de forma gratuita y durante un periodo de cincuenta años.

Según hizo saber la empresa en su carta, la decisión responde a «la voluntad de ceder el uso público del Cortijo», según recoge hoy el diario La Voz de Almería.

Ahora, la pelota está en el tejado de la Junta de Andalucía, que debe actuar de forma ágil para evitar que lo poco que queda en pie del Cortijo del Fraile se caiga.

Un cortijo lleno de historia

El Cortijo del Fraile fue construido por los frailes dominicos de Almería en el siglo XVIII, de ahí su nombre. Se lo conocía por el «cortijo del hornillo», según puede leerse en Wikipedia, porque albergaba un gran horno para hacer pan en el patio central. En 1836, como consecuencia de las leyes de desamortización de las propiedades de las órdenes religiosas, fue confiscado por el estado y, tras subasta, pasó a manos privadas.

Es famoso por el crimen que ocurrió en sus inmediaciones, el llamado «crimen de Níjar», que tuvo lugar el 22 de julio de 1928 e inspiró la obra de Federico García Lorca titulada Bodas de sangre. También se basa en los mismos hechos la novela de la escritora Carmen de Burgos titulada Puñal de claveles. En este lugar vivía Francisca Cañadas, la novia del drama.

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